Sí, lo sé, ¿otra vez hablando de ETA? Esa debe ser la pregunta que muchos se están haciendo ahora mismo. La respuesta a tal pregunta es: 857 personas inocentes asesinadas, miles de heridos, decenas de huérfanos y 90 secuestrados. Si a alguien le incomoda el tema y prefiere guarecerse en banalidades, sin duda, es uno de esos cobardes e ingratos españoles que han traicionado a los miles de varones y mujeres, que se convirtieron en mártires en su lucha contra el terror que asoló nuestro país durante décadas.

Desde hace unos cuantos años, la consigna de los partidos políticos es clara: blanquear a los etarras.

Por un lado, tenemos al PP y al PSOE, los cuales, han dejado de hablar del escabroso tema del terrorismo; ya no vende y además incomoda a esta sociedad estúpida y alienada. Por otro lado, tenemos a la franquicia chavista, la cual, sin ningún pudor vende a los miserables del tiro en la nuca como víctimas y se presentan con ellos a las elecciones. Los únicos partidos que han demostrado no tener la misma bajeza moral que el resto en este asunto, han sido Ciudadanos y UPyD.

No sé si será cosa mía, quizás soy un estúpido al que le hierve la sangre viendo a la presidenta del parlamento de Navarra charlar amigablemente con el etarra Josu Zabarte (mató a 17 personas y ahora está en calle), o quizás, pertenezco a esa especie en peligro de extinción que ama a sus compatriotas y sufre viendo lo que está pasando en mi país.

Claro ejemplo del olvido de los infames partidos políticos, lo podemos encontrar hace apenas unas semanas. El mismo día que la escoria se paseaba por Bilbao pidiendo la reagrupación de los presos etarras, se cumplían 15 años del asesinato del policía José Anseán Castro. A José, los etarras lo acribillaron a balazos, le remataron delante de su mujer mientras agonizaba y su hijo, incapaz de soportar el dolor sufrido, terminó suicidándose.

¿Creen que algún miembro del gobierno o algún dirigente político de primera fila asistió al homenaje? No, ninguno acudió, estaban demasiado ocupados arrastrándose como gusanos por los platós de televisión para ganarse el voto de la masa ignorante.

Reconozco que fueron esos duros años del terrorismo, en los que los españoles demostraron una valentía sin precedentes para plantar cara a los asesinos, lo que me llevó a interesarme por la política.

Por mucho que preguntara a mi padre una y otra vez por qué habían matado al profesor Francisco Tomás y Valiente, por qué habían matado a Miguel Ángel Blanco, por qué habían matado al dirigente socialista Fernando Múgica, etc. La respuesta ‘’porque son unos hijos de puta’’ no me convencía. Probablemente debido a la inocencia propia de un niño de 10 años, incapaz de comprender que alguien matara a otra persona por el mero hecho de pensar diferente. Con el paso de los años, la respuesta de mi padre era certera como ninguna.

¿Y ahora? ¿Dónde está esa sociedad en la que yo crecí? ¿Dónde está esa sociedad que con sus hechos te permitía diferenciar a los héroes de los desechos humanos? ¿Dónde han quedado esas masivas manifestaciones en las que se demostraba el orgullo y el coraje de un país?

¿Qué fue de ese PP y PSOE que se unían cuando estaba amenazada la libertad de los españoles? Algunos dicen que ya no es necesario, que ETA ha perdido y ha sido derrotada. A nivel militar seguro, gracias a nuestras brillantes fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado; a nivel político está más fuerte que nunca gracias a los infames políticos actuales.