La revolución francesa del siglo XXI ha estallado por la reforma laboral que el gobierno de François Hollande implanta en contra de los trabajadores. Las protestas comenzaron de forma pacífica conglomerando pequeños gremios de transportistas y obreros del sector energético hasta evolucionar en huelgas generales. La impasividad total del gobierno ante las protestas por la intolerable reforma laboral han llevado a Hollande a declarar su negativa ante las peticiones de los huelguistas y a reprimirlos con cargas policiales. Las salvajes escaramuzas que viven las calles no solo de París, sino de muchas ciudades francesas, se han ido volviendo cada vez más violentas porque cada día se suman a ellas más trabajadores descontentos con la situación actual del país.
François Hoollande es catalogado por los votantes franceses como un ``paleto´´ impresentable al que da vergüenza sacar de casa. Para demostrarlo se basan en las reuniones internacionales, cuando se aprecia la falta de confianza en sí mismo al ponerse nervioso en los apretones de manos o el nunca saber dónde ponerse. Francia atraviesa un gran cúmulo de calamidades violentas entre los atentados terroristas supuestamente islámicos y las peleas callejeras de los aficionados de la Eurocopa, que se suman al levantamiento por la reforma laboral. Por otra parte están los medios de comunicación, que de forma totalmente negligente silencian los disturbios parisinos para que pueda continuar la reforma laboral y por supuesto, la Eurocopa.
Los medios que informan sobre los altercados por las protestas, mienten descaradamente afirmando que son solamente refugiados islámicos, dejando de lado totalmente la reforma laboral. Esto depende de los intereses de los propietarios de los medios, los que pretendan favorecer formaciones de extrema derecha dirán que son refugiados para detener la inmigración; mientras que los partidos de pseudo-izquierda apoyan la reforma laboral a escondidas.
Se puede comenzar a hablar de una posible guerra en Paris porque los huelguistas se han atrincherado en el centro de la urbe con barricadas, ante la dura represión policial y los múltiples heridos y detenidos. Por lo tanto ya existe un territorio conquistado al gobierno francés en su capital donde la policía no puede acceder.
También se ha comenzado a descargar el odio de la población contra la policía por sus excedida violencia: un policía recibió un disparo en el estómago. El terreno atrincherado ha provocado que la ambulancia para la evacuación de policía no pudiera acceder a esa ubicación obligando a trasladar al herido en volandas por transeúntes. Aunque comienza a ser verdaderamente peligroso transitar por París debido a los violentos combates.