Un año más se aproximan las fiestas navideñas y de nuevo el fantasma de la huelga en Renfe y Adif se cierne sobre ellas, de nuevo colisionan los derechos laborales con las necesidades de la población de viajar, en un fenómeno que se repite cada año.
Si el Gobierno no se presta a negociar con el sindicato que las convoca y se logra la anulación de la huelga, miles de usuarios de Renfe y Adif que tienen previsto viajar durante estas fechas tan señaladas se verán afectados en distinto grado.
Aquellos que tienen previsto viajar los días 27 de diciembre y 7 de enero se verán afectados en su totalidad, mientras que los que tengan previsto hacerlo el jueves 14, fecha en la que está previsto un paro de los interventores de los trenes, convocado también por Comisiones Obreras, los días 13, 21 y 28 de este mes, debido al parón organizado por los controladores ferroviarios se verán afectados por un parón parcial.
Según los sindicatos que han convocado estas jornadas de huelga, la causa principal que les ha llevado a ejercer este derecho es la reivindicación del aumento de la generación de empleo en las plantillas de Renfe y Adif, ya que consideran que las incorporaciones de nuevos empleados son insuficientes para poder prestar adecuadamente los servicios de transporte que ofrecen estas compañías ferroviarias.
El sindicato Comisiones Obreras exige a Renfe y Adif la elaboración de unos planes de futuro para la necesaria renovación de sus plantillas de trabajadores y para que la edad media de los empleados disminuya, ya que consideran necesario el rejuvenecimiento. También se reivindican una mayor incorporación de mujeres trabajadoras, con el fin de que exista una mayor paridad en el equilibrio de género.
El problema de la falta de recursos humanos en Renfe y Adif se remonta al año 2005, según el sindicato, ya que por esas fechas se liberalizó el transporte de mercancías, provocando una disminución en las plantillas ferroviarias. Hoy en día la cifra de trabajadores es inferior a la de aquel año, y la disminución de puestos de trabajo se acerca a 5.000.
También se exige una subida de salarios, ya que llevan cinco años congelados, por lo que el sindicato exige que se equiparen las subidas de los trabajadores a la del resto de funcionarios.
El otro aspecto que hay que contemplar es el de los viajeros que tenían programados sus desplazamientos por medio del tren y que se verán afectados por dichas huelgas, estos usuarios, un año tras otro, se convierten en el campo de batalla sobre el que se lucha para conseguir reivindicaciones laborales.