La libertad de sentirnos seguros en casa, disfrutando de nuestra intimidad, con nuestros seres queridos, es algo que sencillamente, no puede colgarse en la biografía. Si bien a muchos usuarios les encanta el reflector de la red social, hay otros que solo comparten lo necesario, porque aún creen que las amenazas están a la orden del día.
Hoy, no solo en las calles puede haber violencia, también existe un tipo de agresión digital, de la cual nos han advertido desde la utilización de Internet a gran escala –y es que los hackers, tal parece ya no son los malhechores de la historia –.
Las redes sociales, se han puesto el pasamontañas, para hacernos creer que toda nuestra información está segura y resguardada, desgraciadamente han estafado nuestra confianza, en más de un sentido.
Quizás pensamos que los administradores encargados de notar alguna irregularidad en nuestras cuentas, tienen el total derecho de consultar nuestra información, pero en definitiva, no es razón suficiente para sustentar la violación de nuestra privacidad, aun a favor de una seguridad que no han sustentado firmemente.
Es penoso, que con tantas facilidades y movimiento en la información en cuestión de segundos, tengamos que seguir al acecho, luego de las insulsas declaraciones de los empoderados de estas empresas que venden nuestros registros de actividad, como si esto fuese una subasta.
El tráfico indiscriminado de datos es una realidad.
¿Información al desnudo?
Muchos de nosotros tenemos el conocimiento de que hay personas que median los contenidos en Internet, para que no tengamos que toparnos con imágenes e información desagradable. No obstante, nuestra información personal, de la cual dábamos por sentado, estaba protegida en nuestro correo, también está siendo analizada por esta serie de filtros. Personas anónimas y no únicamente por maquinas. Con permiso o sin el, esto esta generando incertidumbre digital en varios usuarios.
Lectores anónimos
La privacidad está expuesta a los tiroteos de la perversión y la explotación informática. Las noticias que están circulando en la red, sobre adquirir todos –hasta la marca del cereal que compramos, y sí, todos nuestros datos – están adquiriendo un matiz inquietante.
La compañía Google ha asegurado que nuestros correos – “privados” – están siendo escudriñados por desarrolladores de apps. Estas terceras personas –rostros anónimos – a los cuales desconocemos por completo, y sus intenciones en lo referente a nuestra información.
Somos nosotros mismos, quienes les hemos dado el pase de entrada, al otorgar un permiso que tiene uno que conceder –obligatoriamente – para poder utilizar el servicio de mensajería. Todo este espionaje, radica en las políticas sucias que utilizan estas compañías para que podamos acceder a sus productos y servicios. Definitivamente el mayor embuste de la actualidad.