Las redes sociales se han ido convirtiendo en parte de nuestra rutina. La tecnología – en definitiva – ha entrado en nuestras vidas, “invasivamente”, ya que la forma en como actuamos ante ella, es una novedosa adquisición de herramientas y servicios, para que nuestra cotidianeidad, no sea del todo común y corriente.

Rebuscamos el sentido de las horas, explorando aplicaciones, jugando, o tomando imágenes de la cena, en el lugar de última moda. Nuestra existencia pasa a ser un juego multifacético, donde Facebook da una cara, pero en la intimidad pasamos del travestismo digital a la sencillez del yo en casa.

La obligación que siente un usuario por alimentar las redes sociales, puede transformarse en una adicción. La ansiedad de estar conectados y recapitulando cada momento del día, es una tarea absorbente, esto puede deberse a que hay muchos espacios, mucho tiempo de ocio, donde el individuo no busca otra manera de entretenimiento, y se vuelve presa fácil para una red social. Hay personas que cuelgan mucha información para fomentar una presencia latente, una importancia invisible frente a los demás, aunque estos poco pudieran prestar atención a las publicaciones.

Responsabilidades al compartir información de tus hijos

Pasamos del público adolescente que comparte un sinfín de imágenes y memes, a los padres en las redes.

Y es que hoy en día, muchas madres ponen a prueba el “shatering”, esta moderna práctica se basa en registrar las primeras expresiones – sonrisas – del pequeño miembro de la familia. Las redes sociales donde más se comparte este tipo de documentación inocente, son Instagram y Facebook.

Este hábito por llamarlo de alguna manera, se ha arraigado tanto en las comunidades que muchos padres lo llevan a cabo.

Esta singular manera de informar a familiares y conocidos, de las primeras actividades del menor, lleva presentándose desde el año 2016 y sigue creciendo hasta nuestros días.

Las fotografías de nuestros hijos sin privacidad

Es preocupante la manera en que los padres, exponen la vida privada de sus hijos, ya que estos no tienen la edad suficiente para imponer sus derechos.

Muchos niños de esta generación, estarán en desacuerdo total, por haber sido expuestos públicamente sin su consentimiento.

Las advertencias sobre los contenidos que pueden publicar en redes sociales, siguen repitiéndose, ya que las personas parecen no caer en la cuenta, que están vulnerabilizando su información personal, para hackers expertos en fraudes. Para la próxima, si quieres presumir los logros de tus pequeños, reflexiona, y piensa que ellos estarían más orgullosos de que les protejas antes que nada.