Cuando se habla de biomasa, se está hablando de un término que incluye toda una serie de combustibles que son producidos a partir de materia orgánica. La biomasa está considerada una energía renovable, ya que se puede producir de manera ilimitada sin que se agoten sus reservas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que se trata de una energía que no es completamente limpia, ya que durante su quema libera gases de efecto invernadero como el CO2. Sin embargo, se trata de una energía mucho más limpia que los combustibles fósiles como el carbón o el petróleo.
¿Cómo se fabrica y cuánto contamina?
Esto se debe a su proceso de fabricación.
La principal materia prima de la biomasa es la madera y los restos derivados de la silvicultura y otros residuos biológicos. Esto hace que, durante el crecimiento de las plantas que serán usadas para crear la biomasa, estas mismas plantas absorban CO2 de la atmósfera. Este CO2 es el mismo carbono que se liberará posteriormente a la atmósfera durante la quema de la biomasa, lo que conlleva que el balance de los gases liberados esté en lo que se denomina equilibrio 0. Es decir, la biomasa no contribuye a reducir el CO2 de la atmósfera, pero como durante su proceso de fabricación esta absorbe el carbono que después será liberado durante la quema, el resultado de CO2 final es el mismo que antes de su uso.
Usos de la biomasa
Los principales usos de la biomasa son dos. Por un lado, este combustible puede utilizarse directamente como fuente calorífica durante el invierno para conseguir una calefacción menos contaminante que las que funcionan a través de la quema de carbón o de productos derivados del petróleo. Así mismo, la biomasa también puede ser sometida a una serie de procesos químicos que permiten el desarrollo de otros combustibles como el bioetanol o biogas, que pueden ser usados como fuente de energía motriz en el caso de medios de transporte y otras máquinas.
Como se puede ver, se trata de una energía que, sin ser tan limpia como las energías solares o la eólica, constituye una fuente energética más respetuosa con el medio ambiente que las energías fósiles. Además, su precio es considerablemente más barato que el gasoil, por lo que si estamos pensando en instalar una caldera en una vivienda individual sería conveniente que se considerase la opción de decantarse por la de biomasa. El coste de estas calderas es similar al de las que usan productos derivados del petróleo, pero el impacto medioambiental y económico a final de mes mucho menor.