A pocas horas de cumplirse el plazo previsto para la búsqueda de Anna y Olivia, desaparecidas junto con su padre hace más de un mes de la isla de Tenerife, el robot submarino Liropus encontró en el fondo marino a unas tres millas de la costa de Santa Cruz, una botella de oxígeno de las utilizadas para buceo y una sábana. Ambos objetos serán sometidos a intensivos análisis para determinar si pertenecen a Tomás Gimeno.

Un hallazgo que puede resultar clave para avanzar en la investigación

Esta misma mañana se procederá a analizar la botella de buceo y la sábana encontradas que se hallan en buen estado de conservación.

Respecto a la botella de buceo, se podrá saber con total seguridad si pertenece al padre de Anna y Olivia, ya que tiene una numeración única para saber quién y donde se compró y además se registra cada vez que es rellenada para su uso.

Tanto la Unidad Orgánica de la Policía Judicial como la Guardia Civil, intentarán averiguar además si dicha botella fue utilizada para lastrar algo o solo para realizar una inmersión segura, siendo después abandonada en el lugar donde ha sido encontrada, a pocas millas de donde se perdió la pista a Tomás Gimeno. Este hallazgo va a permitir prolongar las jornadas de rastreo submarino tal y como habían pedido los agentes encargados del caso.

Cada jornada de búsqueda con el buque del Instituto Español de Oceanografía cuesta unos 10.000 euros, por lo que se había decidido que hoy martes 8 de junio acabase dicho rastreo si no se hallaba ninguna evidencia.

El hallazgo de ayer ha permitido que ese tiempo se amplíe y los investigadores creen estar más cerca de conocer que pasó con Anna y Olivia.

Los investigadores no descartan ninguna hipótesis

Tomás Gimeno fue visto por última vez en la madrugada del 27 de abril y aunque cada vez cobra más fuerza la hipótesis de que acabó con la vida de las menores suicidándose después, pero las demás hipótesis siguen abiertas.

El rastro de su teléfono móvil ha sido clave para determinar la zona de rastreo en el mar.

Las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad de la Marina de Santa Cruz, captaron a este individuo cargando seis grandes bultos en su barca y ninguna imagen de las pequeñas. En los registros efectuados en su domicilio se ha echado en falta un cinturón de buceo de 8 kilos de peso, lo que refuerza la sospecha de que pudo arrojarlas al mar, lastrando los cuerpos para que no subieran a flote.

A pesar del dolor de la ausencia, la madre de Anna y Olivia sigue sin perder la esperanza de que Tomás Gimeno esté en algún lugar con las pequeñas y que puedan reencontrarse de nuevo, por lo que sigue subiendo a sus redes sociales vídeos enternecedores de Anna y Olivia.