41 días desde que se perdiera el rastro de Anna y Olivia junto a Tomás Gimeno. Más de un mes donde todas las hipótesis continúan abiertas y los focos apuntan al padre de las niñas de Tenerife. De él han hablado tanto familiares del entorno materno como amigos cercanos, que han dado pequeñas pinceladas sobre cuál es su personalidad. Sin embargo, en esta ocasión ha sido un experto morfopsicológico quien ha analizado de forma minuciosa a este con unas conclusiones bastante llamativas.

La morfopsicología hace un análisis de la personalidad de Tomás Gimeno

El experto Javier Torregrosa, investigador especializado en comunicación no verbal científica ha ofrecido en el diario La Razón varios factores clave de la personalidad de Tomás Gimeno para dibujar qué ha llevado al padre de Anna y Olivia a desaparecer junto a sus niñas.

Para ello ha llevado a cabo una interpretación psicológica del rostro visto tanto de frente como de perfil, acudiendo a la morfopsicología, una disciplina derivada de la neurociencia que estudia la relación de los rasgos faciales con el funcionamiento de las partes del cerebro. Las conclusiones a las que ha llegado el científico son muy reveladoras.

El padre de Anna y Olivia sería una persona muy emocional, lo que lo llevaría a no controlar sus actos

En primer lugar, Javier Torregrosa describe a Tomás Gimeno como una persona pasional y que lleva las emociones al extremo, donde se siente herido o atacado debido a la intensidad emocional que posee. Esto, según el científico, queda patente en las abolladuras de su rostro, zona central de la cara y en los orificios nasales.

Asimismo, sus cejas y boca carnosa indicarían que se trata de una persona con una comunicación directa y sin estrecheces. Resalta que el análisis concluye que tendría las zonas cognitivas y emocionales del cerebro cortas, lo que se traduce en un escaso control de sus actos.

El carácter emocional de Gimeno podría llevarle a perder los nervios y actuar con agresividad

Por ello, tras hacer un análisis conjunto de todos estos detalles, Javier Torregrosa concluye para La Razón que Tomás Gimeno, al ser una persona emocional, es susceptible de que cuando pierde los nervios o se vea superado por una emoción, este puede perder fácilmente los nervios y derivar en actuaciones de marcada agresividad. Un perfil morfopsicológico que encajaría con los antecedentes que cuentan tanto amigos como personas que han conocido de cerca al padre de Anna y Olivia.

El análisis concluye que Tomás Gimeno es una persona cautelosa, pero que actúa sin planear sus acciones

Además, el experto afirma que, a juzgar por el estudio realizado, Tomás Gimeno sería una persona distante y muy desconfiada ante los demás.

Esta cautela que demostraría su personalidad se acentuaría cuando no conoce lo suficiente a alguien y esto se vería reflejado por los ojos hundidos que presenta en los arcos superciliares.

Aun así un detalle que llama la atención también en este análisis es que el padre de Anna y Olivia sería cauteloso, pero de rápida acción. En otras palabras, no sería una persona dada a planear o madurar una estrategia, sino que es de realizar lo primero que se le pasaría por su cabeza. Un perfil que, en definitiva, puede ser revelador para saber qué ha podido ocurrir con sus hijas y con él.