El 29 de diciembre de 1990 Fernando Cuadrado Conejo salió de su casa por la tarde para ir a comprar a un supermercado, pero nunca llegó al establecimiento y tampoco volvió a ser visto. Treinta años después, la Policía Nacional pide a los ciudadanos de A Coruña, lugar donde desapareció el doctor Cuadrado, que ayuden a encontrarlo. Fernando Cuadrado Conejo nació en Valladolid, en 1941, y trabajaba como jefe del Servicio de Rehabilitación en el Hospital Juan Canalejo.
En la actualidad este hospital es el CHUAC. El doctor estaba casado y tenía tres hijos de uno, tres y cinco años.
Cuando pasaron tres meses desde su desaparición, el principal Juzgado de instrucción de A Coruña suspendió temporalmente la búsqueda debido a la posibilidad de que Fernando Cuadrado hubiera decidido marcharse de manera voluntaria. No obstante, al no poder probar nunca esta hipótesis el caso no llegó a cerrarse y treinta años después la Policía ha decidido tomar muestras de ADN a los familiares más cercanos del médico.
La Policía Científica también está colaborando y ha reproducido informáticamente un retrato con el aspecto que tendría hoy en día Fernando Cuadrado.
En un tuit de la Policía Nacional se pueden ver dos fotografías del doctor. La de la izquierda es del hombre antes de desaparecer y la de la derecha muestra una representación fotográfica del rostro que podría tener en la actualidad. Según los datos antropométricos recientes, el médico cuenta hoy con setenta y nueve años, mide 162 centímetros de altura, tiene el pelo ondulado, los ojos azules, la nariz ancha y es de complexión normal.
Los agentes de investigación han compartido en las redes el teléfono 981 166 328 para que si cualquier persona averigua algo o puede aportar algún dato que ayude a localizar al doctor Cuadrado, pueda llamar las veinticuatro horas del día.
Los familiares del médico creyeron que había sido secuestrado por los GRAPO
Tras un mes de la desaparición de Fernando, su familia reveló que una mujer les había llamado testificando que al médico lo habían secuestrado la organización terrorista los GRAPO (los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre).
La mujer sostenía esta teoría porque el doctor había pertenecido al Opus Dei y era el cabecilla de la Asociación pro-Vida; pero al analizar dicha llamada, el Gobierno Civil de A Coruña desechó la implicación de los GRAPO por falta de credibilidad.
La familia de Fernando no ha dejado de buscarle
Carmen Cuadrado, una de las hijas del doctor, tenía cinco años el día que desapareció su padre y ha confesado lo difícil que es vivir con la incertidumbre de no saber qué le ocurrió. La mujer continúa buscándolo, junto con su familia, y afirma no haber perdido nunca la esperanza.