Los vecinos del barrio de San Juan de Béjar, localidad de Salamanca, están desesperados por culpa de una alarma que lleva dos semanas sin parar de sonar y que nadie es capaz de apagar. Esto está terminando con la paciencia y los nervios de más de uno y más de una. El pitido es tan molesto como vecinos y ciudadanos que caminan por la zona han denunciado el sonido de la alarma, pero, por el momento, nadie ha encontrado una solución ante este ruido tan molesto y desesperante.
Los residentes en la zona no pueden más ante la situación de una alarma que no para de sonar
Los vecinos están sin un vivir desde que empezaron a escuchar el sonido de una alarma desde el pasado día 3 de septiembre que no para de sonar desde ese día, sin descanso. El pitido es muy molesto y tan alto que retumba desde el interior de un edificio lo que está provocando que los vecinos estén completamente desesperados ante la no posibilidad de llevar una vida normal.
Los vecinos han avisado en varias ocasiones a la Policía Local, pero no han encontrado una solución para poder poner fin a ese pitido que trae de cabeza a todo el vecindario. Las únicas informaciones que tienen es que no es una alarma de seguridad, sino que sería un dispositivo en caso de incendios que se habría activado por accidente en el interior de una vivienda, que es un antiguo centro juvenil que está en obras.
El PP de Béjar ha decidido aprovechar esta situación para denunciar la falta de responsabilidad por parte del PSOE salmantino
Tanto la Policía Local como los Bomberos se ven incapaces de entrar en la vivienda, ya que no tienen las llaves del edificio, que es municipal, y parece que no aparecen en ningún lado. Los vecinos de San Juan de Béjar llevan aguantando la alarma desde que tuvo lugar un corte en la red de la electricidad, el mencionado 3 de septiembre, para poder llevar a cabo la realización de una serie de mejoras en la vivienda.
El Partido Popular de Béjar ya ha denunciado que el grupo municipal socialista está demostrando una completa pasividad en sus funciones, además de no hacerse cargo del centro juvenil que lleva dos meses cerrado después del despido del único trabajador presente en sus instalaciones. La alarma se escucha a lo largo de todo el día; y, de noche, todavía con mayor intensidad lo que está desesperando a los vecinos que ya no saben que hacer para que se apague la alarma.
Ya no saben a quién llamar ni a quién denunciar.
Los agentes no entienden la razón de que la alarma suene sin parar, ya que no han detectado ningún tipo de movimiento dentro del incendio ni tampoco hay fuego. Sin duda, todo un misterio que está desesperando a los vecinos que no pueden dormir, descansar y ya tienen el pitido en la cabeza todo el día.