La autopsia preliminar del cuerpo del pequeño Julen ha desmontado toda la defensa llevada a cabo por los abogados del propietario del terreno de Totalán donde estaba el pozo.

La piqueta no tenía rastro de sangre

La piqueta no tenía rastros de sangre. La defensa de David Serrano, en todo momento, ha señalado que la piqueta empleada por los primeros bomberos que llegaron al lugar habría sido la verdadera responsable de la muerte del niño.

La autopsia indica que el niño de dos años de edad, que cayó en un pozo de 73 metros de profundidad y de apenas 23 centímetros de diámetro, falleció a causa de un traumatismo craneoencefálico en la zona izquierda de la cabeza y que tenía tierra, incluso, en el estómago y en el esófago del pequeño.

Esta conclusión, que está pendiente de ser confirmada por la autopsia definitiva (hecho que podría llevar varias semanas) desmonta la teoría del dueño de la finca y, por el momento, único investigado por las circunstancias en que tuvo lugar el suceso.

Según algunas fuentes, la defensa busca desesperadamente dirimir a su cliente de todas las responsabilidades posibles.

La defensa de David Serrano, propietario de la finca y pareja de la prima del padre del pequeño Julen, ha alegado en todo momento que la muerte del pequeño se produjo durante las labores de rescate. Incluso, señalo el mal uso de la piqueta de ocho kilos, empleada durante las primeras horas por los equipos de rescate y con la que se extrajo pelos del pequeño y la bolsa de golosinas con la que cayó, como causa de las heridas que produjeron la muerte del pequeño.

Según fuentes de la agencia EFE, en la piqueta solo se encontraron restos de pelos y de tierra, en ningún momento de sangre, algo que desmontaría la teoría de que el pequeño murió a causa de los golpes.

Además, si la piqueta hubiera golpeado al pequeño, las heridas serían de unas características muy específicas, no un simple traumatismo craneoencefálico como ha sido el caso.

Los primeros bomberos usaron una piqueta durante más de tres horas

Por otro lado, ha quedado demostrado que los bomberos utilizaron dicha piqueta a lo largo de tres horas y media tras el aviso de la caída del pequeño, y la autopsia demostraría que el pequeño habría muerto antes de que empezasen las labores con la misma.

Pero la hora exacta de la muerte del pequeño o las razones por las que había restos de tierra en el esófago y en las manos, quedan pendientes de la autopsia definitiva por parte del Instituto de Medicina Legal de la ciudad de Málaga.