Guillermo Fernández Bueno es el nombre del preso en la cárcel de El Dueso, condenado por violación y asesinato de una empleada de cafetería en 2000 y quién, tras un permiso penitenciario, no regreso a la institución penal tras fugarse. El nativo de Santander, de 41 años de edad, fue condenado a 26 años de prisión por los delitos cometidos, además de otra condena de 9 años por agresión sexual, cometida un mes antes del delito mayor.
Alerta y captura
Luego de cumplirse los siete días de permiso penitenciario, otorgados a Fernández Bueno, y en vista de que el preso no había regresado a su celda comenzó un rápido operativo de investigación.
En este se detectó que en su celda no había dejado ninguna de sus pertenecías, que tampoco había dinero en su cuenta bancaria y que su pareja sentimental, la cual había conocido en su estancia en una cárcel provisional de Santander, no contestaba a las llamadas.
La Policía Nacional alertó a la ciudadanía, vía las redes sociales, difundiendo la fotografía del prófugo y dictando una orden de búsqueda internacional. Gracias a la cooperación internacional, la policía de Senegal ha informado que han detenido a una persona con las mismas características del prófugo y han solicitado un cotejo de huellas dactilares, las cuales han coincidido con las del prófugo.
Este portaba pasaporte falso y, luego de pasar por Marruecos, había ingresado por un paso prohibido en Mauritania.
Fernández Bueno fue apresado con su novia, que en la actualidad se dedica a compra-venta de muebles y las personas que lo ayudaron a cruzar la frontera. Todos capturados y retenidos en la frontera entre Senegal y Gambia.
El permiso penitenciario
Guillermo Fernández Bueno está en la cárcel de El Dueso desde enero de 2001. Durante ese tiempo el reo realizó el programa para agresores sexuales y también de vivir sin violencia.
Igualmente tuvo tiempo para sacar el título de auxiliar de enfermería y además era preso de apoyo para la prevención de suicidios y tratamientos de salud mental de sus compañeros.
Con esa conducta, y habiendo realizado y aprobado los cursos de preparación para la salida de permiso, el juez de Vigilancia Penitenciaria, cambiando el criterio de la Junta de Tratamiento le otorga el primer permiso en 2012.
Fernández Bueno había normalizado incluso su vida fuera de la cárcel y hasta estaba pagando la responsabilidad civil por sus delitos. Había salido de permiso más de 40 veces sin faltas ni problemas. En septiembre de 2017, ya había cumplido más de 17 años en prisión, y en octubre de 2019 tendría casi las 2 décadas preso, lo que le hubiese abierto una puerta para un tercer grado en un año más, aproximadamente. Con lo ocurrido ya no tendrá posibilidad de progresar de grado y, además, tendrá que responder por un nuevo cargo: quebrantamiento de condena.