Desde el 15 de octubre más de 500 focos de incendios se han localizado en las zonas del centro y del norte de Portugal. 32 personas han resultado muertas a consecuencia del fuego, otras siete permanecen desaparecidas y hay 56 heridos, 16 de ellos en estado de gravedad, según ha informado Protección Civil a la agencia Efe de noticias. Más de una treintena de focos seguían activos el lunes.

Han tenido que cortar carreteras y autopistas y evacuar aldeas al completo a pesar del trabajo de más de 5000 efectivos de los cuerpos de bomberos (todos los medios de los que dispone el país), la lucha contra las llamas es titánica debido a los fuertes vientos y al bajo nivel de humedad del ambiente, de manera que la mitad norte del país se encuentra en alerta roja.

Según el secretario de Estado de Administración interna del país luso, aquí también, la mayoría de los incendios responden a actos premeditados. Las sierras que rodean a la turística ciudad de Coimbra delimitan la zona más afectada.

Desafortunadamente Portugal suele estar en cabeza todos los años en cuanto a la extensión de superficie quemada en relación al conjunto de Europa. Este año ya lleva unas 66.000 hectáreas quemadas.

El cambio climático, con la subida de las temperaturas, los fuertes vientos y la carencia de lluvias son un factor que ayuda, pero la principal causa de todo este cataclismo es la mano humana.