Tres días de luto vive Portugal desde el domingo. La tragedia que, un día antes, se cobrara la vida de al menos 62 personas, no ha dado tregua.

Hasta la tarde de ayer, cuatro focos aún permanecían activos, en lo que el Primer Ministro luso, António Costa ha declarado como la mayor tragedia humana de los últimos años. Sus palabras hacían una clara referencia a la forma en la que más de una treintena de personas, en algunos casos familias enteras, perdieron la vida. Las llamas no les han dado tiempo de dejar sus vehículos y escapar, por lo que dentro de los coches hay personas calcinadas que estaban escapando del fuego.

Las autoridades creen que un rayo habría causado las primeras llamas, aunque de momento no descartan ninguna hipótesis.

Pedrógao Grande, el municipio donde se originó el incendio, está ubicado en el centro del país. El viento "incontrolable", según palabras del propio Secretario de Administración Interna, Joao Gómez, sumado a la voracidad de las llamas, hizo que el fuego fuera imposible de controlar en una primera fase.

Han bastado solo minutos para que las llamas rodearan la comuna. La rápida propagación del fuego ha complicado las tareas de rescate de los bomberos. "No falló nada, ha sido la fuerza de la naturaleza" ha manifestado uno de los bomberos que intervino en la catástrofe. La propagación de las llamas ha sido algo inaudito, de una rapidez asombrosa, que no deja lugar a un análisis más certero y profundo.

Cerca de las tres de la tarde a 200 kilómetros de Lisboa, el fuego ha iniciado un recorrido mortal que ha dejado 58 heridos, muchos de ellos de gravedad. Dos de los cuatro frentes que aún se mantienen activos son muy virulentos. "La prioridad son las víctimas, sus familias y los afectados" ha comunicado el Primer Ministro, consultado por las pérdidas económicas que esta desgracia pueda ocasionar, se ha mostrado partidario de no especular hasta que se de por terminado el mismo.

A su vez ha agradecido a España la ayuda enviada. Cerca de 1.000 efectivos combaten las llamas en un país con una larga historia de incendio forestales. Los más cruentos, en los años 2003 y 2005, con decenas de víctimas mortales, pero lejos del número de fallecidos que ya se ha cobrado este.

Durante la tarde del domingo, algunas localidades cercanas al foco del incendio como Figueiro dos Vinhos, han tenido que ser evacuadas.

La zona ha sido catalogada en estado de contingencia. La intervención temprana de la evacuación completa de pueblos como Moninhos Cimeiros ha salvado la vida de cientos de personas. Las llamas han arrasado con viviendas completas en la zona. El llamado estado de contingencia, es un grado más elevado que el de alerta y uno menos que el de calamidad. La población, con este estado decretado, tiene la obligación de obedecer todo lo que se les indique desde el ejercito, la Guardia Republicana y el personal de protección civil. Esto incluye desde la evacuación hasta la incorporación en labores específicas según la necesidad.

El 90 % de los incendios que se producen en este país son ocasionados por la mano del hombre.

La escases de medios, de una política preventiva y la falta de penas severas a quienes ocasionan este tipo de delitos, aseguran los especialistas, son algunas de las causas para que esa trágica tradición se mantenga.

El Ejercito Portugués se ha sumado a la laboral de extinción, con ayuda de la Comunidad Europea y el ejecito español. El país ha enviado cuatro aviones para colaborar en las tareas de rescate y extinción del fuego. Así también, la Casa Real y presidente del Gobierno, Mariano Rajoy han emitido en un comunicado sus condolencias por lo ocurrido. Se espera que durante la jornada Francia envíe más ayuda.