hospital de Valme, Dos Hermanas; es domingo 18 de Agosto y Rocío Cortés Núñez, una madre sevillana de apenas 26 años de edad acaba de dar a luz a su tercera hija mediante cesárea, cuando es transportada por un celador hacia otra planta del edificio.
Un problema con el ascensor no permite cerrar las puertas correctamente y, mientras el trabajador está metiendo la camilla dentro del habitáculo, este se pone en marcha; el responsable de la camilla no puede hacer nada por frenar lo que está punto de suceder. Rocío es seccionada y el personal del hospital poco puede hacer por salvarle la vida.
Este suceso, propio de una novela negra, ha tenido lugar en el sevillano pueblo de Dos Hermanas, donde la familia aún se encuentra en shock ante tal fatalidad. El marido de la Rocío afirmó haber escuchado un leve ruido como consecuencia del accidente, pero jamás podría haber imaginado que, tras haber sido padre por tercera vez, su mujer fuese a perder la vida de manera tan escalofriante. Por otro lado, el cuñado de la fallecida afirma que toda la familia se encuentra consternada, aún no pueden creerse que en un país desarrollado haya ocurrido tal tragedia.
El hospital ha abierto una investigación para estudiar qué fue lo que impidió al celador sacar la camilla del ascensor y sí, efectivamente, hubo un fallo técnico que propició la puesta en marcha del elevador antes de tiempo.
La responsable económica del hospital se ha reunido a primera hora de la mañana con la empresa responsable de la instalación y mantenimiento del ascensor para tratar de averiguar la causa del accidente. La familia ha confirmado que esperará a los resultados de dicha investigación para concluir o no en una demanda contra el hospital responsable.
Esta misma mañana, la consejera de salud de la Junta de Andalucía, Marina Álvarez, ha anunciado su apoyo y total disposición a la familia de Rocío, abriendo también una investigación paralela sobre los hechos acontecidos. A su vez, ha negado ante los medios que se trate de un suceso provocado por los recortes en sanidad o por falta de medios; según ha afirmado el Hospital de Valme «cuenta con todos los medios y ha pasado todas las inspecciones propias».
El hospital está prestando atención psicológica a los familiares de la joven y al celador que transportaba la camilla de la víctima, quien aún no se ha pronunciado públicamente y de quién el hospital no ha hablado todavía.
La familia declara sentirse en estado de shock, llegaban al hospital para dar la bienvenida a un nuevo miembro y la vida les ha devuelto una fatalidad. Las hijas de la fallecida, de 4 y 5 años, aún no han recibido la noticia.