Adriana Cheble y Gustavo Salemme eran un matrimonio de médicos. No tenían ningún tipo de patología previa y, tras más de 40 años juntos, murieron de coronavirus con tan sólo una semana de diferencia. Al principio, sólo se infectó Adriana, que tenía 62 años y luego, su esposo de 67. Ambos murieron por una insuficiencia respiratoria provocada por el COVID-19. El hecho ocurrió en Argentina, un país que superó el millón de contagios, pese a la estricta cuarentena que estableció el Gobierno.

Adriana y Gustavo no tenían patologías previas

El matrimonio de médicos eran de la provincia argentina de Córdoba.

Gustavo Salemme estaba especializado en diagnóstico por imágenes y trabajaba en el Hospital Pediátrico y Adriana Cheble, era médica clínica en el Hospital Provincial de la capital.

El hijo del matrimonio de médicos, de nombre Matías, está arrasado de dolor porque, para sumar tristeza a la tragedia que le toca vivir, está a punto de ser padre y su hijo no podrá conocer a sus abuelos. Matías no deja de recibir llamadas y condolencias de gente que trabajaba con sus padres y no termina de enterarse por el desenlace del matrimonio. ‘Sus muertes me provocan un dolor enorme, que sólo se calma gracias al amor infinito de la gente’; explica.

El coronavirus les provocó insuficiencia respiratoria a los médicos

Matías cuenta que los mensajes que recibe desde hace días en su celular le pintan la calidad de personas que eran sus padres, que trabajaban duro desde el momento que se inició la pandemia de Coronavirus, que terminó cobrando sus vidas: la de Gustavo el 9 de octubre y la de Adriana, el 16.

Apenas una semana de diferencia para un matrimonio que llevaba cuarenta años juntos, que compartían el amor por la medicina y habían construido una familia de tres hijos.

El hijo de los médicos también explica que sus padres estaban en su mejor momento, que les gustaba viajar mucho y que estaban muy ilusionados con la idea de que serían abuelos prontamente.

Sin embargo, lo que parecía que iba a ser una época perfecta se acabó torciendo a causa de la pandemia del coronavirus.

El hijo reflexiona sobre la crueldad de la enfermedad

Pero más allá de su terrible pérdida personal, Matías, el único de los hermanos que habló sobre el caso, reflexionó que más allá de las cuestiones políticas y de la gente que cree o que no cree en la cuarentena y en las medidas que se toman, el virus existe y ‘cuando toca es cruel’, se lamenta.

El muchacho de 37 años, sólo pudo ver a su madre un día antes de la muerte, a través de una ventana. Su hijo ya no podrá conocer a sus abuelos. ‘Que los después, no nos hagan olvidar los ahora, porque este virus no perdona. Respetemos los protocolos’; pide Matías en su post de Instagram.