Una de las preguntas que se plantean los ciudadanos es cuál es la mascarilla más eficaz para protegerse de los efectos del Coronavirus. La respuesta a esta cuestión de especial importancia en estos momentos parece que se ha disipado tras un análisis llevado a cabo por la revista Plos One. Se pone de manifiesto que son las de seda las que aportan unas características naturales antimicrobianas, antibacterianas y antivirales que serían muy importantes para preservarse de los contagios de este virus en las vías respiratorias. Uno de los motivos para llegar a esta conclusión la han dado los investigadores de la Universidad de Cincinnati, en Estados Unidos.
Al exponer que “si bien el algodón atrapa mucho mejor la humedad, la seda en cambio es transpirable”. Siendo dos de los modelos más utilizados para la fabricación de esta clase de mascarillas.
La seda contiene mejor el coronavirus
Conforme a lo que expone este estudio sobre los tejidos de las mascarillas se pone de manifiesto que la seda es un material más seguro que el algodón, poliéster o incluso con una equiparación o mejora respecto a las quirúrgicas. Con la ventaja adicional de que son reutilizables mediante una correcta limpieza de las mismas. Pero lo fundamental del estudio es que constata que a través de las capas de seda se consigue que las gotas no penetren dentro del interior y su consiguiente absorción.
Este es un hecho que en la práctica genera que este material esté en condiciones de repeler y también repeler las gotas. Proporcionando mayor seguridad a las personas que las utilizan para preservarse, en este caso de los efectos del coronavirus.
Aconsejan el uso de las mascarillas de seda
Son varios los motivos por los que los expertos aconsejan el uso en esta clase de mascarillas.
Por un lado, su eficacia para no contagiarse del patógeno y por otro, por la suavidad del tejido que no produce ninguna clase de molestia en el rostro. Al igual que no tiene contraindicaciones ni efectos secundarios en su aplicación para tapar los orificios nasales y bucales. Mientras que por el contrario, su principal inconveniente es que estos modelos suelen más caros en los restantes, como por ejemplo en las fabricadas en algodón u otra clase de tejidos.
Se usan más tiempo
De cualquier manera, las mascarillas de seda tienen una alta aportación en escenarios con falta de recursos sanitarios y que obligan a una prolongación en la vida de este producto médico. Esto se debe al hecho de que puede usarse durante más tiempo, siempre y cuando sean esterelizadas adecuadamente. A parte de la función que ejerce como barrera hidrófoba para las gotas que pueden suponer la vía de penetración del virus en el aparato respiratorio más allá de otras prestaciones funcionales o incluso estéticas.