La Policía Local de Valencia decidió sancionar un acto de solidaridad con varias multas que ascienden a los 4.200 euros, al restaurante La Lusitana Vasca, por haber repartido comida durante la cuarentena a personas sin recursos. Esto sucedió durante el confinamiento derivado del estado de alarma por el COVID-19, en el barrio de Cabanyal. El hostelero Javier Márquez nunca se imaginó que, tender una mano en los momentos difíciles, iba a ser penado por la ley.

El Gobierno español impone multas al restaurante

El restaurante La Lusitana Vasca, propiedad del hostelero Javier Márquez fue multado en tres ocasiones para un total a pagar de 4.200 euros.

Primero recibió dos multas de 600 euros cada una y luego una tercera por monto de 3.000 euros. El hostelero alega que, en ningún momento realizó una actividad que transgrediera la ley, debido a que en el Real Decreto 463/20, artículo 10, apartado 4 se estipula que se suspenden las actividades en el área de hostelería y restauración, pero se podían prestar servicios de entrega a domicilio. Y esto fue lo que hizo Javier Márquez en su restaurante, pero este mismo texto es en el que se basa la policía para imponer la sanción.

80 familias se beneficiaron de la comida repartida

80 familias de la localidad se encontraban en una situación de necesidad extrema durante el confinamiento, por lo que al dueño del restaurante y a sus empleados se les ocurrió tender una mano solidaria, apegándose a la ley.

Antes de iniciar con la entrega de comida contactaron a la Cruz Roja y a la Policía Local y con dos organizaciones de ayuda.

La ley permite realizar este tipo de actividad sin ánimo de lucro. El restaurante solo permanecía abierto para el personal de cocina, quien se encargaba de cocinar los alimentos y era utilizado como centro de recogida.

Todas estas actividades las realizaron sin infringir en ningún momento la ley, apegándose siempre a las medidas de seguridad recomendadas para este tipo de actividad. El proceso de entrega era realizado entregando a un solo miembro de la familia la comida, siempre manteniendo la distancia social recomendada y sin dejar de utilizar guantes y las mascarillas de seguridad.

La actuación de la policía

La visita que realizó la policía al restaurante al parecer no fue efectuada de la mejor forma y dijeron que harían lo imposible por cerrar el negocio, además de dirigirse con palabras altisonantes y mala actitud hacia las personas que se encontraban allí, según relata el propietario del local.

Javier Márquez y las personas que de forma voluntaria se encontraban en el restaurante, se niegan a pagar una multa que consideran injusta, alegando que las autoridades no han tomado en cuenta el acto de solidaridad de la actividad que realizaron, y que en ningún momento toman en cuenta que era llevada a cabo sin fines de lucro. Además, afirman que los hechos no se están presentando de una forma realmente objetiva.

Falta por conocer cuál es la posición de la Policía Local de Valencia y las autoridades competentes ante los hechos y saber que otras opciones tenían las familias que se encontraban en situación de necesidad, debido a la pandemia y cuál debió ser la forma de proceder de quienes querían prestar su ayuda y recibieron multas por ello.