Ha sido un juicio como nunca había habido, directo y sin concesiones: en Francia se han sentado en el banquillo de los acusados, o han sido imputados, muchos sacerdotes católicos y laicos acusados de abusos sexuales de todo tipo, cometidos por ellos mismos o encubridores. Pero lo poco visto (por lo poco frecuente) ha sido que el principal imputado, y al final condenado, es el cardenal Philippe Barbarin, de la Archidiócesis de Lyon, la segunda ciudad más importante del país.

Hoy mismo, el Tribunal ha dictado sentencia. Seis meses de cárcel con libertad condicional por encubrimiento de graves delitos como los cometidos por curas, muchos de ellos también procesados y algunos esperando la sentencia contra ellos.

En cambio, otros cinco acusados (dos obispos, un cura y dos laicos) han sido absueltos, pero Barbarin es quien se lleva la condena.

Barbarin presentará su dimisión al Papa

Barbarin ha manifestado que prepara presentar su dimisión irrevocable al Papa Francisco, teniendo en cuenta la “tolerancia cero” que el pontífice ha ordenado contra estos hechos después de la reunión reciente en el Vaticano con muchos miembros de la Iglesia, aunque sus resultados finales fueran “decepcionantes” para muchas víctimas de pederastia. Y aún colea el escándalo de los abusos en Chile, donde llegaron a presentar su dimisión al Papa los 34 obispos del país.

Barbarin, en su día, recibió a alguna de las víctimas del Padre Bernard Preynat, a quienes prometió tomar medidas, pero luego pasó el tiempo y prescribió el delito.

Los jueces acusan al Cardenal de obstrucción a la Justicia al conocer lo que pasó. Todo ello se cuenta en la película “Gracias a Dios” de François Ozon, premiada en el Festival de Berlín, que pudo estrenarse sin problemas en toda Francia pese a los recursos judiciales de última hora, tanto por parte del Padre Preynat como por la Diócesis de Lyon, para impedir su estreno.

A España llega la película el 17 abril, concretamente en Miércoles Santo, es decir, durante la Semana Santa, lo que la hace más eficaz contra el estamento a quien denuncia. El título de la película se toma de la frase del cardenal Barbarin “gracias a Dios que ya han prescrito estas acusaciones”, que escandalizó a las víctimas.

Las víctimas aludidas de Preynat formaron una asociación, La Parole Libérée, que aparece en la película de Ozon luchando por que se castigara a los pederastas, y con la sentencia, su portavoz y cofundador, François Devaux, ha manifestado: “Es una gran victoria para la protección de la Infancia. Permite a las víctimas comprender que son entendidas, escuchadas y reconocidas. Es inútil estar por encima de la Ley”.

Ya hubo otros dos obispos franceses acusados de lo mismo

Claro que hace años hubo dos importantes cargos de la Iglesia francesa condenados en 2001 y 2018 por hechos similares, pero ninguno de ellos había tenido el eco mediático que sí ha tenido Barbarin, al ser antes poco frecuentes estas denuncias y ahora tan habituales y con más pruebas en contra de los culpables.

Las reacciones en Francia han sido casi unánimes a favor de la sentencia. Entre las que están en contra, los propios abogados de Barbarin, que la recurrirán. Dice uno, echando la culpa al ambiente en contra: “Ha sido difícil para el Tribunal aguantar la presión: documentales, una película… Esto provoca preguntas sobre el respeto de la Justicia [al acusado]”

Un redactor de la revista católica Golias, Gino Hoel, dice que “hace falta que Roma destituya al Cardenal de su cargo de Arzobispo de Lyon. A través del cardenal Barbarin también ha sido condenado el sistema eclesial”.