Hay una vivienda que una pareja fue construyendo poco a poco en un solar de Pozuelo de Alarcón durante los años 60. No había carreteras, agua, ni luz en dicha zona, solamente la esperanza e ilusión de unos recién casados que soñaba con formar una vida juntos. Tal es el caso de José Ortiz y Petra Moreno, quienes 50 años después de aquella fecha en la que se juraron estar juntos hasta que la muerte los separe mantienen una lucha con la justicia por salvar su hogar.

En estos momentos, ellos se encuentran en medio de una incertidumbre ya que podrían perder su vivienda.

El motivo de esta problemática es que ellos firmaron un crédito bancario hipotecando su casa. Se conoce que al adquirir esta responsabilidad la persona que firma se encuentra en la obligación de pagar los intereses y el dinero que el banco le presta, de no ser así, el inmueble que hipotecan pasa a manos del banco.

Ellos manifiestan que hicieron eso con toda la fe del mundo ya que el dinero lo necesitaba su yerno, quien hasta el día de la muerte de su hija tenía una empresa que se encontraba en buen estado y crecimiento, por lo cual no tenían por qué sospechar que los llevaría a la ruina.

Valor de la deuda adquirida por el crédito

La deuda es de aproximadamente 330.000 euros, ellos también manifiestan que lo querían como a un hijo, y que al verlo en la necesidad de dinero no dudaron en ayudarlo, aunque entendían la magnitud que significa hipotecar una vivienda sobre todo a la edad de ellos, ya que se encuentran en una etapa donde necesita estabilidad, y luego de haberla alcanzado, es difícil tener que perderla.

Exigen justicia y piden que pague la deuda que adquirió con ellos o que vaya a la cárcel. Actualmente la pareja tiene alrededor de 85 años y cuentan con una pensión de aproximadamente 1000 euros. Expresan sentir impotencia y frustración lo que ha hecho que tengan problemas para poder conseguir descansar por las noches.

Para el momento que decidieron firmar el crédito habían llegado a un acuerdo de palabra entre ellos, y en dicho acuerdo habían establecido que de no poder pagar la deuda ellos se quedarían con su piso.

Para el año 2005, fecha en la que el hombre dejó de pagar la deuda bancaria, los ancianos fueron a disponer de la vivienda del viudo, en ese momento, se dieron cuenta que esa vivienda, que según pasaría a sus manos, ya había sido vendida para saldar una deuda que tenía con un tercero.

Posible propuesta entre el banco y los ancianos

En el 2015 el banco comenzó a subastar la vivienda de los ancianos, fue ahí cuando José Ramón, quien es el otro hijo de la pareja, logró recolectar firmas para paralizar dicho proceso. Pudo hacer que el Banco Santander suspendiera la subasta.

Intentaron llegar a un acuerdo en la que el banco se quedaría con la vivienda para saldar la deuda, con la condición de no sacar a la pareja de ancianos de ahí, pero debían pagar un alquiler de aproximadamente 300 euros. Hasta el momento, se mantiene como una propuesta, ya que no se ha materializado.