La realidad de las historias de adopción es muy distinta de lo que se cree. Hay cientos de verdades que no salen a la luz pública pero que van dejando huellas irreparables en las víctimas. Muchas parejas llegan con la intención de adoptar un niño y luego de pasar unos años los abandonan o simplemente los llevan de nuevo al lugar de acogida.
Aunque suene escalofriante muchas personas se dan cuenta que los Niños que adoptaron no cumplen con sus expectativas o la experiencia no salió tal y como lo habían planeado, y sin importar los sentimientos del menor lo reintegran nuevamente al sistema de adopción y se van sin mirar atrás.
Según datos suministrados en una investigación sobre adopción realizada por el profesor de Psicología Evolutiva de la Universidad de Sevilla, Jesús Palacios, los procesos de adopción no terminan de la forma esperada. Los porcentajes de “devoluciones y abandonos” solo en Estados Unidos alcanzan el 10% mientras que en Europa y España se encuentran en el 4%.
El Ministerio de Sanidad publica las cifras de adopciones
Por medio del Ministerio de Sanidad, se dieron a conocer datos de 72.000 niños que fueron adoptados entre 1996 y 2016, dejando ver que en 20 años 1.400 niños fueron abandonados en su hogares adoptivos. El problema radica en que muchos de ellos no fueron entregados a los organismos correspondientes sino que fueron llevados a las calles, dejando a un lado sus derechos de una vida digna.
La problemática está en que los niños después de llegar a los hogares, con la ilusión y la promesa de una familia, son llevados nuevamente al lugar de origen creando un ambiente de inestabilidad emocional que los acompañará de por vida. Los daños postraumáticos luego de vivir situaciones de ruptura, abandono y maltrato llevan a que crezcan adolescentes con problemas de conducta y con represiones emocionales que repercuten sin lugar a dudas en la adultez.
Las “devoluciones” se ejecutan a los cinco u ocho años
Curiosamente, se han visto muchos casos de personas que hacen las “devoluciones” tras pasar cinco u ocho años. A los refugios llegan adolescentes de 12 y 13 años que ya han vivido la experiencia de familia y tienen que pasar por el rechazo de sus padres adoptivos. Las razones son múltiples.
Muchas personas no están conforme por la apariencia física, situaciones económicas, falta de capacidad de aguante de distintos comportamientos, entre otros factores.
Lo cierto es que no hay justificación posible para poder entregar a un niño que ha convivido durante un largo período dentro de una familia. La solución aunque parece difícil resulta menos complicada. En el momento de la adopción se tiene que hacer un minucioso estudio de la situación de las parejas, abarcando todos los aspectos imaginables para poder tomar decisiones asertivas.