Una musulmana en Suecia durante una reunión de negocios fue discriminada por haber rechazado un apretón de manos por un joven musulmán , incluso acudieron a los tribunales.

Ante esta situación el juez dictaminó que la empresa se comportó de manera discriminatoria, ya que interrumpió la entrevista debido a la falta de cierre y la obligó a pagar una compensación a la musulmana. Este hecho fue reportado por varios periódicos locales, además ha sido relanzada por la BBC y ya ha estado circulando por todo el mundo.

Farah no cree ser grosera por no darle la mano a su entrevistador

Cabe destacar que Farah Alhajeh de 24 años es una joven sueca de religión musulmana que hace unos meses respondió a un anuncio de trabajo publicado por una empresa en Uppsala, una ciudad a unos 70 km de Estocolmo, en la región de Svealand y se presentó para una entrevista en la oficina de traducción de la compañía.

Por consiguiente cuando la musulmana se presentó a la entrevista no quiso darle la mano al hombre que era uno de los entrevistadores. Ella considera que no fue falta de educación sino un respeto escrupuloso a los rígidos dictados impuestos por su religión .

La candidata no le dio la mano al empleado de la oficina del personal pero ella llevó su mano al corazón, un gesto hecho por las mujeres islámicas para evitar contacto físico directo con hombres que no pertenecen al núcleo de su familia pero sin parecer grosera.

La sentencia de compensación

Ante este situación el entrevistador interpretó el comportamiento de Farah y denegó su permiso para apoyar la entrevista, por lo tanto la historia terminó en el tribunal; el juez de trabajo decidió que la empresa se comportó de manera discriminatoria y le ordenó pagar como compensación 40,000 coronas, un poco más de € 3,800 a la joven candidata.

Por su parte Farah explicó que había demandado a la empresa porque según ella, su comportamiento no le hizo daño a nadie ya que cree que puede seguir los dictados de la religión musulmana y al mismo tiempo seguir las reglas de la sociedad en la que vive.

En consecuencia de lo expuesto anteriormente, cabe señalar que la decisión también está siendo debatida en la Suecia multiétnica ,de hecho como también señaló la BB, los apretones de manos se consideran un gesto tradicional en Europa y la legislación actual contra la discriminación prohíbe que las empresas traten a las personas de manera diferente, según su género.