El paro de taxistas sigue en curso. También el bloqueo del carril central de la Gran Vía de Barcelona que éstos mantienen desde el fin de semana. Los profesionales del transporte no han cesado en su petición al Ministerio de Fomento, pero siguen sin llegar a un acuerdo con dicho ente.

La protesta se extiende y comienza a mostrar el verdadero rostro del enemigo contra el que pretenden luchar los profesionales del volante: Uber y Cabify. Al respecto, los taxistas le solicitan al Gobierno Nacional que apruebe un decreto-ley para limitar las licencias VTC (autorizaciones para ejercer la actividad de arrendamiento de vehículos con conductor) que poseen ambas plataformas.

La proporción establecida es la de una licencia a las empresas privadas por cada 30 que le son otorgadas a los taxis.

Una paridad que no se cumple

A la anterior cifra, hay que sumarles cerca de 600 VTC en manos de servicios privados, que fueron otorgadas antes de la entrada en vigencia de la normativa que exige la paridad 30 a 1. Los taxistas exigen que estas licencias sean revocadas, pues temen que los servicios prestados por las plataformas informáticas los lleve a la quiebra.

Según la agencia de noticias EFE, en toda España se han otorgado cerca de 9.000 licencias VTC, frente a 70.000 licencias dadas a los taxistas. De respetarse la proporción de 30 a 1, deberían ser revocadas más de 6.700 licencias VTC en manos de privados.

Asimismo, los chóferes exigen que se cree la figura de una "licencia urbana", que permita operar en las ciudades, como estableció Barcelona, y que se encuentra suspendido por los órganos jurisdiccionales.

Siguen las negociaciones sin llegar a acuerdos concretos

Entre tanto, el representante del Estado, Pedro Saura, anunció que el Consejo de Ministros podría aprobar durante el mes de septiembre un real decreto ley, que incorpore la obligatoriedad de la proporción 1/30 en las licencias VTC.

De igual forma, señaló que se encuentra en discusión el tema de la transferencia de competencias sobre VTC a las comunidades autónomas, uno de los pedimentos originales de la protesta.

En vista de la falta de acuerdo, o de medidas concretas, las protestas siguen curso. Al paro de funciones y cierre de vías en Barcelona, los taxistas de Madrid se sumaron a la manifestación y suspendieron la prestación de servicios en Barajas y Atocha.

Lo mismo ocurrió con los profesionales del volante en Valencia, Alicante y Logroño. Esta muestra de solidaridad tiene una misma premisa entre los taxistas: "Si cae Barcelona, caerá también el resto".

Mientras el Ministerio de Fomento sigue insistiendo en el diálogo, los taxistas mantienen su postura de protesta y suspensión de funciones. Por lo pronto, el gremio de los conductores se enfrenta a pérdidas de entre 100 y 150 euros diarios con este paro. En tanto que los usuarios afrontan un panorama de ausencia del transporte privado y calles parcialmente cerradas.