Hoy en día hay muchas personas preocupadas por el tema de la eutanasia, sin embargo, pocos hablan de la distanasia, llamada por algunos obstinación terapéutica o “encarnizamiento terapéutico”, situación que ocurre con más frecuencia y en la cual en un intento por retrasar la muerte, muchas veces el paciente sufre innecesariamente.

La distanasia

No es más que la aplicación injustificada de tratamientos o medidas extraordinarias que buscan prolongar artificialmente la vida y por tanto aplazar la muerte de un paciente terminal y sin esperanzas de vida, medidas que además no mejoran al paciente, y por el contrario empeoran su calidad de vida.

La mayoría de las veces la distanasia es causada por el médico, pero en ocasiones puede ser a solicitud del propio paciente o sus familiares. Por tanto, el concepto de distanasia es contrario al de eutanasia, aunque no necesariamente, estar en contra de la eutanasia, significa que se apoya el prolongar injustificadamente la agonía del enfermo.

¿Qué puede llevar a la distanasia?

Existen varios factores que pueden llevar a que se practique la distanasia, en primer lugar, la opinión personal y actitud de algunos médicos de que fueron formados para luchar por la vida sobre todas las cosas, sin tomar en cuenta la calidad de vida del paciente, muchas veces basados en la enfermedad y no en el enfermo; incluso oponiéndose a los deseos del paciente o sus familiares de rechazar dichos tratamientos.

O bien por la negación del médico a la muerte del paciente, bien por la angustia de sentirse fracasado como profesional, bien por ser un médico de corta experiencia, por tener algún vínculo con el paciente, por tratarse de un niño o simplemente por tratarse de una persona reconocida socialmente.

A tomar en cuenta en la distanasia

Hay varios factores a tomar en cuenta cuando se va aplicar un tratamiento a un paciente terminal, primero considerar si la situación del paciente ya es irreversible y si el uso de los medios de soporte vital es innecesario, o incluso ineficaz para el paciente.

De igual manera se debe respetar el derecho de los pacientes y su familia de aceptar o rechazar cualquier tratamiento, previa información del alcance y consecuencias de su decisión, manteniendo siempre la comunicación con el paciente y respetando la ética.

No quiere decir que se va a desatender al paciente, la finalidad ante un paciente terminal, es adecuar los esfuerzos terapéuticos para mantener en lo posible y mientras esté vivo, calidad de vida .