Después de despertar, saltó fuera de la cama y directamente a la higiene, tragar una comida desayuno rápido, un problemático y rápido también interactuar con la familia y todo el mundo está listo para otro día de existencia que a menudo nos hace nos pregunta: "¿para qué todo eso?" Queremos trabajar para ganar dinero y, así, tener condiciones de sostener a nuestras familias, dándoles todo de bueno y de lo mejor a nuestro alcance y, por supuesto, satisfacer nuestros deseos, y mostrar a todos que funcionamos bien en esa sociedad loca.

Pasamos tanto tiempo lejos de quien amamos (o creemos que amamos) que cuando podemos estar al lado de ellos, no sabemos qué hacer.

Queremos controlar todo y todos, como lo hacemos en nuestro trabajo. Las actividades y horarios son preestablecidos, objetivos a ser alcanzados, tiempos libres son cuidadosamente organizados con acciones para que nada quede sobrando.

Que es lo que queremos en realidad

En suma, queremos que nuestra familia sea una empresa, donde no hay tiempo improductivo. Estamos viviendo una época en que todo se mide en términos de producción: cuántas páginas he leído; cuántas informaciones puedes dar; cuántas cuentas he pagado; ¿Cuántas respuestas he dado a tantos emails, SMS, o mensajes que recibí a través de mis tantas cuentas en las numerosas redes sociales que participo entre otra cosa?

Hay gente que sólo se comunica con los amigos a través de aplicaciones.

Hasta ahí, casi todo normal, pues amigos viven distantes, en otras casas, otros barrios, otras empresas, otras ciudades. ¿Dónde erramos para estar hoy en ese camino que nos lleva a la nada y ciertamente nos dejará solos si no hay señal para una transmisión? ¿En qué punto de nuestro pasado reciente elegimos seguir una dirección que nos alejó de la posibilidad de interactuar con nuestros semejantes?

Si estas preguntas son intrigantes y nos lastiman cuando la hacemos, peores son las preguntas que podemos hacer en relación a nuestro futuro, al caminar aún más adelante. ¿Ya imaginó a qué punto las relaciones humanas quedarán desintegradas de aquí a 10 o 20 años? ¿Cómo será el pensamiento y el comportamiento de esa generación que ya gana su primer aparato para jugar todavía en la cuna, sin saber siquiera decir "papá" o "mamá"?

Es de prever que malos días están por llegar.

Es necesario que regresemos al camino original que seguimos. Necesitamos volver a reunirse a nuestros amigos y familiares para que podamos ver sus caras reales, no unas autofotos publicado en cualquier red. Es necesario que digamos que nos gustan, y que oigamos eso también. Sólo compartir o disfrutar no es suficiente.