La piometra una infección del tracto reproductivo que puede afectar a varias especies animales; se caracteriza por la acumulación de material purulento (pus) dentro la cavidad uterina, que en el caso de la perra puede ocasionar la muerte debido a septicemia o contaminación de la sangre.
Causas y factores predisponentes
La piometra ocurre como consecuencia de los cambios que ocurren en el útero durante el periodo siguiente al celo, conocido como metaestro. La apertura del cuello uterino durante el celo favorece la entrada de bacterias que luego al cerrarse durante el metaestro permanecen atrapadas en la cavidad uterina dando origen al proceso infeccioso.
Aunque la patología puede presentarse a cualquier edad luego de alcanzada la pubertad, se presenta con mucha mayor frecuencia en perras de edad avanzada, principalmente en mayores de 6 años.
Un importante factor predisponente para la piometra en perras, es la administración de tratamientos contraceptivos o anticonceptivos hormonales; también se ha citado que las perras adultas nulíparas (sin partos) tienden a tener un mayor riesgo de sufrir la enfermedad; no existe predisposición racial para esta enfermedad.
Síntomas y diagnóstico
El principal signo clínico que puede apreciarse en casos de piometras de cuello abierto, es una descarga vaginal serosanguinolenta o purulenta, situación que orienta el diagnóstico.
En estos casos la presencia de fiebre es variable. En los casos de piometra cerrada suele haber letargia, inapetencia, polidipsia y poliuria, micción nocturna y distensión abdominal y fiebre elevada. La evolución de la enfermedad puede llevar a una septicemia y shock séptico, falla renal, peritonitis y muerte.
La evaluación hematología revela anemia marcada, con leucocitosis neutrofílica con desviación a la izquierda; en muchos casos la cuenta blanca muy elevada en perras de avanzada edad sin historia de gestaciones, permite establecer un diagnóstico presuntivo.
Sin embargo, este se debe confirmar mediante evaluación ecográfica que permite observar el contenido purulento en el interior de los cuernos uterinos.
Tratamiento de la piometra
En casos de piometra abierta en los que no este comprometida la integridad de la perra, se indica la administración de prostaglandinas para favorecer la contracción uterina y la expulsión del contenido; esto conjuntamente con la administracion de antibióticos inyectables específicos.
Las perras con cuadros graves de piometra deben ser estabilizadas mediante terapia con fluido intravenosos y antibióticos y analgésicos e intervenidas mediante ovariohisterectomía, una técnica que consiste en la extracción quirúrgica de los ovarios y el útero.
Prevención de la piometra
La única forma de prevenir totalmente la incidencia de piometra es realizar la esterilización de las perras que no serán dedicadas a la reproducción; también se recomienda evitar el uso de anticonceptivos hormonales en tu mascota, ya que estos aumentan el riesgo de sufrir esta potencialmente mortal infección.