El trabajo es común entre personas de distinto sexo es más creativo y positivo. Es más socializante, favorece el rendimiento y facilita una mayor motivación profesional. Entonces ¿Por qué las relaciones laborales entre hombres y mujeres no son fáciles? Es verdad que nosotras mantenemos actitudes erróneas cuando nos enfrentamos profesionalmente con los hombres. También es un hecho que, desde siempre, ellos han acaparado los cargos de responsabilidad y no son muy dados a facilitar la promoción femenina. Aunque suene duro, las mujeres no están acostumbradas a luchar por un puesto de trabajo, mientras que los hombres han aprendido a “vender” mejor sus capacidades e ideas, por si esto fuera poco, existe otro problema: el acoso sexual, que es una fuente inagotable de problemas.

Adiós la inferioridad

Este desalentador panorama ha provocado un cierto complejo de inferioridad en las mujeres. Esto es lógico, ya que generalmente en igualdad de condiciones, le dan antes un puesto a un hombre que a una Mujer. La única manera de evitar esto es dejando los miedos a un lado. Si usted cree que puede realizar un trabajo, tiene que luchar por conseguirlo y en muchos casos más que los hombres.

¿Cuáles son los errores que cometen las mujeres cuando trabajan con los hombres? Es un gran error atacar por sistema las conductas típicas masculinas. Por ejemplo, algunas se enfadan cuando un compañero hace una broma desagradable en la oficina, o se desinteresan completamente de los temas de conversación masculinos, como el partido del día anterior.

Los tachan de machistas y no facilitan la comunicación entre ambos sexos. Mientras la actitud de los hombres sea respetuosa, se debe ser más flexible y propiciar el acercamiento. Además, nunca debemos imponernos por nuestro físico. Lo importante es ser persona antes que mujer o hombre.

En un mundo de hombres, las mujeres muchas veces se dejan intimidar con facilidad, intervienen poco cuando hay discusiones y no se atreven a “vender” los resultados de trabajos comunes, de manera que puedan sacarles provecho.

Una mujer que quiera llegar arriba no se debe dejar pisar por nadie, ni por una mujer. Para alcanzar un puesto de responsabilidad, no se puede ir por la vida con complejos de inferioridad.

¿Competencia desleal?

Muchos hombres piensan que las mujeres, cada vez más preparadas, son una competencia desleal en su camino hacia la cumbre, y por lo tanto ellos no facilitan la promoción de sus compañeras, aunque continuemos discriminadas en los puestos de alto nivel, en los mandos intermedios cada vez hay más mujeres.

El enfrentamiento profesional con los hombres alcanza mayor conflictividad cuando en las relaciones laborales surgen insolencias, vejaciones o el acoso sexual. ¿Dónde termina un simple coqueteo y empieza el acoso? La mujer debe saber aceptar los halagos sobre su aspecto físico y ser capaz de devolverlos; su actitud no debe ser de defensa. Una cosa diferente es cuando siente que su dignidad como persona está siendo atacada.

Los especialistas recomiendan que, en todo caso, las mujeres jamás esperen de sus colegas masculinos alguna muestra de condecoración o algún tipo de diferencia por no tener los mismos puntos de vista que ellos y actuar de diferente manera. Resultaría demasiado ingenuo de nuestra parte. La mejor relación laboral entre hombres y mujeres siempre es la que favorece una mezcla equilibrada de seguridad en sí misma y compañerismo.