Los Hombres están condicionados para expresar su furia. De ahí esa propensión de tu chico a golpear la computadora si se le apaga (en vez de volverlo a encender) o tirar el control remoto contra el piso cuando no le funciona (en vez de revisarle las baterías). Pero no te preocupes, vamos a ayudarte a lidiar con esos hábitos y arrebatos tipo Hulk.
Espera a que se le pase
Evades la tentación de decirle que se calme si está en medio de un ataque. Al gritarle o corregirle en ese momento, solo conseguirás que dirija su rabia contra ti, y no contra su frustración real.
Y ni te molestes en razonar con él. Cuando esta enfurecido, pierde la perspectiva y no oye razones. Lo mejor es alejarte y dejarlo rugir. Ese ataque de furia, por lo regular, durará menos de media hora. Y decirle lo que piensas de su mal genio será más efectivo si esperas a que se serene.
Expresa sus quejas con claridad
Hay dos cosas que debes saber sobre los hombres: Una, se enfurecen y después se les pasa; dos, no toman la furia de un modo personal, a menos que de verdad este dirigida a ellos, así que no entienden porque tu reaccionas de ese modo. Por eso debes asegurarte de que el entienda que esas explosiones suyas te están afectando.
Cuando recupere la compostura, dile algo como: “Quiero que dejes de gritar cuando las cosas no te salgan bien”.
Este tipo de lenguaje funciona porque lo retan a conservar la calma ante la frustración y lo insta a complacerte. Desde luego, él puede negar que se excedió. Si finge que ignora su comportamiento, has un catálogo mental de las últimas veces que perdió los estribos y cítale ejemplos.
Define tus límites
Habrá momentos en que tu hombre no podrá resistir el impulso de estallar… y eso está bien, siempre que no la emprenda contigo.
Probablemente se sentirá mal y tratará de acercársete una vez que se calme.
Pero si se pone furioso todo el tiempo a pesar de tus protestas, vuelve a discutir el tema con él, pero elige un buen momento. En vez de llamarle la atención durante la perreta. Hazlo después, cuando este relajado. Dile que sus ataques de furia te molestan y que no quieres tener una relación que te cause estrés.
Y si él no puede, o no quiere controlarse, pregúntate: ¿Puedo vivir con su agresividad… o debo terminar con esta relación? Solo tú conoces bien la respuesta. Ponle la tapa, A las personas coléricas por naturaleza, no les conviene desahogar su furia. De hecho, eso puede incrementar su hostilidad.