La desaparición de miles de colmenas en el mundo es una de las catástrofes ecológicas más alarmantes de los últimos tiempos. Y es que las abejas cumplen un papel fundamental en el cultivo de diferentes plantas, flores y alimentos vitales para el consumo humano como los vegetales y las frutas.

Las abejas son responsables de polinizar las dos terceras partes de las plantas de donde proviene nuestro alimento. Aún más alarmante es el porcentaje de cultivos que dependen de la polinización en España: nada más y nada menos que el 70 %.

Pero ¿no hay otra forma de polinizar los cultivos?

Sí, existe la polinización a través del aire (anemófila), del agua (hidrófila) y de los animales (zoófila) pero la más rápida y efectiva es la última pues aumenta en un 25% el rendimiento de un cultivo.

¿A qué se debe la desaparición de las colonias de abejas?

Aunque aún no existe una causa científica que explique el porqué de esta situación, diferentes investigaciones apuntan a que los responsables de esta catástrofe son los insecticidas neonicotinoides (neurotóxicos) que hacen que las abejas olviden su camino de regreso a la colmena después de haber viajado más de 4 kilómetros en busca de alimento, además del uso indiscriminado de estos insecticidas por parte de agricultores irresponsables.

Otro factor indiscutible que tiene acorraladas a nuestras pequeñas obreras (entre otros animales) es el cambio climático.

El aumento de la temperatura en todo el planeta, las inundaciones y sequías han afectado el crecimiento de las plantas, de esta forma las abejas se han quedado poco a poco sin alimento. Adicionalmente, el calentamiento global ha causado inundaciones que destruyen su hábitat natural.

No es demasiado tarde

Los 28 países que conforman la Unión Europea han decidido prohibir el uso de insecticidas neonicotinoides al aire libre.

Aunque Dinamarca, Rumanía, la República Checa y Hungría han votado en contra, pues estos insecticidas acaban con insectos y hongos que destruyen cultivos, los científicos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria sentenciaron los insecticidas pues consideran que representan un peligro para las abejas.

Adicionalmente, nosotros podemos ayudar a detener esta desgracia de proporciones inimaginables de la siguiente forma: plante flores en el jardín de su casa, no use insecticidas o químicos, conozca y practique la apicultura, cuide el planeta y no las mate.

En el campo o la ciudad y siguiendo estos fáciles consejos podemos marcar la diferencia y dejar una huella positiva en nuestro planeta, si bien las consecuencias de este problema no se verán de forma inmediata, aún estamos a tiempo de salvar a nuestros mini agricultores.