La masa de aire frío que acompañó a la Península Ibérica esta semana será reemplazada, desde este domingo, por otra de aire más cálido.
Las temperaturas han comenzado a subir desde la madrugada para ser ya notorias al mediodía. Gran parte del país superará los 10 grados, algunas zonas, incluso, llegarán hasta los 18 grados.
Pese a que el temporal de frío y nieve comenzará remitir, 23 provincias españolas mantienen el alerta meteorológico.
Asturias, Álava, Cantabria, Vizcaya, Guipúzcoa, La Rioja, Navarra, Huesca, León, Palencia, Burgos, Lérida y las islas Mallorca y Menorca están bajo alerta de nieve.
¿Qué es una Ola de frío?
Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) una ola de frío es un fenómeno de por los menos 72 horas, en donde al menos el 10% de las estaciones que realizan el registro, obtengan mínimas por debajo del 5% del percentil de las temperaturas mínimas diarias de los mismos meses de años anteriores. De hecho, la falta de una definición clara y general complica, muchas veces, su estudio.
Socialmente solemos llamar ola de frío a una racha de bajas temperaturas.
Los mismo solemos hacer con la solas de calor, basta que los termómetros suban más de lo acostumbrado durante los meses estivales para que enseguida se desate una tormenta de comentarios casuales sobre el sofocante calor. La tendencia a exagerar en cuanto al clima no es menester exclusivo de los españoles, ni mucho menos.
Para estudiar un fenómeno meteorológico es necesario mucho rigor y prudencia,. Determina si las bajas o altas temperaturas se deben a un fenómeno sin precedentes o si, a nuestro pesar, no es más que los grados que termómetro debería marcar en cada época del año.
Achacar al calentamiento global los lagos días de frío intenso o las jornadas donde el calor resulta sofocante es tan frecuente como el comentar que todo tiempo pasado fue mejor.
Es parte del diálogo imprevisto, casual y pasajero de los transeúntes que así, sin más y como si el decirlo mermara el sufrimiento suman al saludo habitual un "que ola de frío polar". Sí, porque ya decir ola de frío, nos parece poco, entonces agregamos polar.
Sin embargo, existen cuatro factores a tener en cuenta para estudiar y determinar si las bajas temperaturas se corresponden a un hecho aislado, que se aleja de los parámetros habituales de la época. Los valores no son iguales en todos los análisis, por lo mismo que no existe una única definición para determinar que es una ola de frío. Los elementos más frecuentes para determinar una excepción en las temperaturas suelen ser la duración, cómo mínimo deben transcurrir tres días.
El número de provincias que se encuentran, la temperatura más baja, es decir la mínima de este fenómeno y síntomas que demuestren la anomalía de la llamada ola de frío.
Los datos ofrecidos por la Agencia de Meteorología aseguran que durante el invierno del 2017 hubo una ola de frío que duró tres días. La misma se produjo entre el 18 y el 20 de enero del pasado año. Su extensión afectó a 15 provincias en un mismo día, 19. Los puntos principales de este episodio se vivieron en el norte y el centro peninsular. Las temperaturas mínimas de aquellos días rondaron los 4 grados bajo cero. Según la agencia no se trató de una ola de frío destacable como en años anteriores.
Pese a que gran parte de la Península verá como se elevan los termómetros, en la mitad norte aumentan las rachas de viento fuerte.
Algunos expertos creen que podrían producirse ráfagas de hasta 100 kilómetros por hora. La alerta de nieve y granizo que se anunció la semana pasada sigue vigente para algunas zonas del país aunque en cotas bajas.