El término "sinhogarismo" no termina de sonar exacto, sin embargo lo es. La Fundación San Martín de Porres explica que la elección de esta palabra, evita connotaciones que pueden provocar aún más daño a las personas que no tienen un sitio donde dormir.

La traducción se hace, prácticamente literal, de homelessness y también de sans-abrisme. Su implementación ayuda a sustituir términos como mendigo o indigente. Fundamentalmente, es una manera de definir un momento en la vida de esa persona que no tiene un hogar y no una condición de su persona.

Vivir en situación de sinhogarismo puede significar que la persona no dispone de un techo, es decir que la mayor parte de su tiempo lo pasa en un espacio público.

También puede considerarse en esta misma condición a las personas que no tienen vivienda, pero si pueden pernoctar o permanecer en centros de acogida.

Una vivienda insegura y una inadecuada, se incluyen en esta situación de sinhogarismo. La masificación de una casa, el peligro de derrumbe o las falta de recursos que proporcionen las condiciones de salubridad mínimas, es casi tan dramático, como el hecho de dormir en las calles, especialmente si en ellas habitan menores de edad y bebés.