En muchas construcciones de viviendas, muchas veces la deforestación es muy agresiva. Esto trae consecuencias gravísimas, no solo al ecosistema sino también a la calidad de vida de las personas que vivirán allí.

La construcción de viviendas y el aire puro

Los árboles y plantas son necesarios para que exista una especie de conexión entre seres humanos y la naturaleza. En las grandes urbanizaciones donde no están presentes, son muchos los problemas. Por ejemplo, la falta de aire puro es algo que desmejora la calidad de vida. La falta de humedad en el ambiente pudiera estar relacionada en algunos países con poca presencia de lluvias.

El humo de los vehículos provoca una capa de contaminación encima de la ciudad. Poca presencia de aves y reptiles resulta en desequilibrio del ambiente.

Cuando se planifica una construcción que involucra la desforestación o la tala de árboles, los habitantes cercanos a la misma deben estar alerta de que se cumplan las normas y leyes que rigen a la protección ambiental, sino las consecuencias serán catastróficas. En realidad para cortar un árbol deben existir permisos y cierta documentación que confirme que el impacto ambiental es mínimo. Las áreas verdes deberían formar parte del proyecto.

La temperatura de los hogares

En general en los países calurosos las personas adquieren equipos de aire acondicionado, generando esto un gasto excesivo de energía eléctrica y a su vez contaminación del medio ambiente.

Estos aparatos son necesarios, pero hay maneras de minimizar su impacto. Por ejemplo, si alrededor de las casas y en las ventanas de los departamentos hubiera suficientes plantas, la temperatura en estos sería mucho más baja, lo que incidiría drásticamente en el uso de ventilación artificial.

Todo conjunto de viviendas debería tener áreas de recreación con suficientes árboles y plantas.

Esto ayuda a embellecer y a dar bienestar a los que allí viven. En algunos sitios las construcciones han devastado la vegetación arbórea y ahora las personas que viven en esas casas sufren de problemas respiratorios, depresión y hasta intoxicación. El problema se agrava si cerca hay fábricas que arrojen desechos al aire.

Los arquitectos deberían siempre sugerir el proyecto de un paisajismo y en caso de que exista, dar sugerencias de cómo hacer para que la vegetación sea lo que sobresalga de la construcción y no el concreto o el asfalto y así contribuir a que no sigamos quedándonos sin opciones de aire limpio y sin la armonía que debe existir entre naturaleza, vivienda y habitante.