La Iglesia celebra la fiesta de los Santos Inocentes durante el tiempo de Navidad, pues desde los primeros siglos los consideran mártires, testigos de la verdad. Esta consideración es muy matizable, pues ellos no eran conscientes, no se ofrecieron voluntariamente y, ni siquiera, pudieron saber quién era Jesús. ¿Cómo se les puede introducir en la lista de los que murieron por odio a la fe? Diciendo que lo suyo fue un bautismo de sangre.

Un caso singular aunque no único

Efectivamente, hay otro testimonio que se puede considerar como de bautismo de sangre.

Y es, nada más y nada menos, que el de Juan, llamado el Precursor y el Bautista. Aunque se admita su vínculo familiar y, quizás, de maestro espiritual, Juan es anterior a la predicación del Cristo. Y muere por su defensa de la justicia y las llamadas de atención a Herodes (Herodes Antipas, hijo del Herodes que ocupa este artículo). Eso le vale ser considerado mártir cristiano.

Los niños, como Juan, entran en la denominación en la que también están los que se convierten y creen, pero todavía no se han bautizado. Si son asesinados por su fe, aunque el sacramento no se haya administrado, se les considera mártires y santos.

Para la historia no sucedió

La investigación histórica es clara: no hay documentos que nos hablen del suceso luctuoso.

Ni siquiera hay una línea en el principal cronista de la época, Flavio Josefo, que tanta atención le dedicó a Herodes. Este Herodes es el padre, Herodes I el Grande. Tampoco hay referencias en otros, como Nicolás de Damasco. Entonces, ¿de dónde sale la historia?

Del Evangelio según san Mateo, concretamente de su segundo capítulo, versículos 16 al 18.

Una anotación rápida, sin mayores detalles que una referencia a una profecía del Antiguo Testamento. Y, desde aquí, las cuestiones saltan a la luz: ¿es un hecho real que se lee desde los antiguos profetas o es una leyenda que coincide bien con el dramatismo del niño Dios nacido en la pobreza?

Para investigadores como Antonio Piñero la respuesta es clara: es una leyenda negra que se le ha colgado a un dirigente extranjero conocido por sus paranoias, grandilocuencias y uso de la violencia para sus objetivos.

Piñero ha afirmado en distintas ocasiones que el pasaje es una historia que sirve a los intereses cristianos. Así, con el tremendo infanticidio, se pondría a Jesús como perseguido desde su mismo nacimiento.

Para la Iglesia hay diferentes interpretaciones sobre los Santos Inocentes

La predicación actual suele tomar el episodio como real, aunque con matices. El estudio del texto arroja más claroscuros que luces, balanceándose entre un sano excepticismo, la admisión de su factibilidad y la rotunda negación. Volviendo a la predicación, se buscan aplicaciones actuales y se ve como un horror todavía presente, concretado en la persecución de los cristianos y el sufrimiento inocente de los infantes.

El mismo Papa Francisco, desde su cuenta de Twitter, ha pedido hoy que se rece por los niños a los que no se les ha dejado nacer, los que pasan hambre y los niños soldado, cuya infancia les arrebatan.