Cuando pensamos en una Organización No Gubernamental nos acordamos de Asociaciones como Unicef, Cruz Roja…, nos acordamos de los niños africanos sobreviviendo en ayuno casi continuo y yendo a buscar el agua a pozos que creemos que esas u otras organizaciones construyen con esos 10 euros al mes que tenemos domiciliados, después de haber sido interceptados por comerciales con chaleco en las calles céntricas de cualquier ciudad.
¿Qué es una ONG y por qué es necesaria?
Y es lógico que lo pensemos, pero si buscamos un poquito vemos que, según cita la RAE, una ONG es una “Organización de iniciativa social, independiente de la Administración Pública, que se dedica a actividades humanitarias, sin fines lucrativos”. Por ello entendemos que una Organización No Gubernamental no deja de ser una organización social privada derivada de la interrelación entre individuos que comparten una meta, creencia u objetivo común y que buscan cómo llegar o cumplir el mismo sin querer lucrarse personalmente de ello. Por lo que ya el concepto de ONG se amplía en nuestras mentes y podemos empezar a sacar conclusiones.
Y siguen surgiendo dudas como…¿De verdad son de utilidad para la sociedad? ¿Qué relación tienen con el sector privado? O quizás… ¿cómo puedo colaborar?
Pues bien, hay infinidad de clasificaciones de las ONG, según la orientación, las actividades que realizan, el tipo de financiación ... Y se pueden subclasificar como religiosas, de caridad, de empoderamiento, etc. Luego, hay infinidad de causas o necesidades que colectivos de personas ven como mejorables o como derechos humanos que se deben reconocer, en busca de una vida digna para cada vez más personas.
Según el Informe anual que elabora el Programa de las Naciones Unidas desde 1990 sobre el Índice de Desarrollo Humano (IDH) nos podemos hacer una ligera idea de la divergencia real acerca de salud, educación y nivel de vida entre los países clasificados.
Y podemos medirlo a través de ajustes del IDH, como son IDH ajustado por desigualdad, el Índice de Desarrollo de Género, el Índice de Desigualdad de Género o el Índice de Pobreza Multidimensional.
Si nos basamos en el Informe sobre IDH publicado en 2016, podemos observar que el país peor valorado según su IDH, en el puesto 188, es la República Centroafricana con un valor de 0.352, casi la mitad del IDH español que se sitúa en el puesto 27 con un valor de 0.884, y no tan lejano a Noruega, el país mejor clasificado con un IDH de 0.949. Cifras, sí, pero, ¿qué nos indican? Vemos que el Índice de Gini que mide la desigualdad de los ingresos en una escala de 0 a 100 (cuanto más cercano esté a 0 más igualitariamente están repartidos los ingresos) y que en la práctica se suelen situar entre unos valores de 20 y 80, es de 25.9 para Noruega, de 10 puntos más para España y de 56.2 para la República Centroafricana.
Pero también vemos que en el 2012 se registran, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) 23.000 personas sin hogar, un 19.3% jóvenes entre 18 y 29 años, que 9.9% del total eran mujeres con estudios superiores frente al 12.3% de hombres con el mismo nivel de estudios. Vemos que ha habido 53 víctimas como consecuencia de la violencia de género en 2016, vemos que se diagnostican 1.400 casos anualmente de cáncer en personas de entre 0 y 18 años, nos hablan del bullying, de becas comedor. Pero, ¿de verdad lo vemos todo? ¿De verdad lo queremos ver?
¿Qué relación tienen las ONG con las empresas?
¿Y las empresas? ¿Qué sabemos de la financiación privada? Pero sobretodo, ¿qué sabemos sobre sus intereses?
La masa empresarial que nutre, por ejemplo, nuestro país es muy amplia, luego hay que pecar de clasificaciones probablemente subjetivas y no totalmente representativas de la realidad. Entendemos que cualquier empresa cuenta con unos Stakeholders o grupos de interés, es decir, personas o colectivos que afectan o se ven afectadas por la marcha normal de la actividad de la empresa. Hablamos entonces de Stakeholders primarios, como pueden ser accionistas, proveedores, clientes y trabajadores, que se relacionan directamente con la empresa. Y hablamos de Stakeholders secundarios como pueden ser los medios de comunicación o, algo que ahora mismo nos interesa, las ONG.
Sí, las ONG les interesan a las empresas y a ellas les interesan las empresas, pero a lo largo del tiempo su relación se ha basado en un conflicto de intereses que no ha permitido una unión real, sino temporal.
Entendemos que una empresa media, pero con algún interés socialmente responsable, tiene una implicación en la materia media y un afán de lucro medio, comprendemos entonces que aplique una táctica de marketing con causa, esto es, realice o promueva actividades en busca de la mejora del medioambiente o la solución de cualquier conflicto o persecución de una causa social para cambiar su imagen frente a su target o cualquier colectivo de interés para la misma.
Pero, las ONG quieren más, quieren empresas que integren de forma voluntaria (más allá de cualquier ley) en su organización una estrategia de Responsabilidad Social que opere de forma transversal en toda la compañía, de manera que realmente cualquier operación comercial y relación con individuos y colectivos se base en unos valores socialmente responsables.
Y aquí está la diferencia, mientras que unos buscan una táctica, otros quieren una estrategia.
Estamos finalizando el año 2017, las situaciones cada vez son más globales y rápidas, los problemas se vuelven más complejos y sólo hay una manera de solucionarlos, la cooperación, la confianza entre las partes, entonces… ¿Deben las ONG ver a las empresas como mera financiación privada? ¿Cuáles son las verdaderas tendencias de ambas partes?
Lo que podemos observar es que no hay otro camino, cada vez la preocupación por el medio ambiente y por la sociedad y las necesidades del prójimo es más importante para mucha gente, las empresas con iniciativas sociales cada vez están más valoradas que aquellas con resultados contables más positivos.
El fin es la oportunidad de desarrollo, y con una sociedad más fuerte es posible.
Se necesitan alianzas estratégicas entre ambas partes, convergencia de intereses por un fin común sin olvidar la naturaleza de los cooperantes. Promover la innovación social y la eficiencia sostenible.
Ejemplos reales de alianzas estratégicas
Veremos a continuación tres casos de actualidad en el que particulares, ONG y empresas han colaborado por una misma causa.
- De reciente actualidad este mes de septiembre se produjo un seísmo en tierras mexicanas que ha causado que más de 100.000 hogares queden inhabitables, y su repetición 12 días después le ha costado la vida a más de 325 personas en el país centroamericano. Los primeros en actuar fueron los vecinos, afectados también en busca de supervivientes y familiares. Empresas de la zona como Bodega Aurrera, Superama, Walmart y Sam´s Club han habilitado en sus puntos de venta lugares específicos para recaudar fondos y bienes para víctimas y familiares, Cabify ha ofrecido sus motos para recoger y transportar donaciones materiales y también monetarias a través de su servicio express. Facebook, como también ha hecho en otras ocasiones, ha puesto en funcionamiento el safety check donde las personas de la zona pueden verificar su estado y personas de todo el mundo hacer donaciones para la causa. El gigante Google facilitaba la realización de donaciones a través de internet e informaba de los avances y de los procesos de rescate. ONG como Ayuda en Acción o Unicef han participado en tareas sanitarias y de búsqueda de supervivientes.
- Otro caso, los refugiados en Grecia y otras partes del Mediterráneo. Entre 2011 y 2015 12 millones de sirios han abandonado sus casas y una tercera parte de los mismo han buscado una nueva vida en otro país. Asociaciones como ACNUR han proporcionado a los afectados materiales básicos y agua, han coordinado traslados a otras partes del país de recepción y han asesorado legalmente a los mismos, actuando en países como Grecia, Chipre o Macedonia atendiendo necesidades humanitarias. Médicos sin fronteras ha salvado la vida a aquellos que venían en situaciones sanitarias muy difíciles en las costas mediterráneas. Porque no, no con que las empresas cooperen con algunas asociaciones es suficiente. Las tareas de las ONG son difíciles en contenido y coordinación, por lo que también tienen que colaborar entre ellas para cubrir nichos de urgencia y cubrir necesidades complementarias de los afectados o los demandantes de ayuda en busca de una eficiencia real. También empresas como Groupon han colaborado ofreciendo a sus clientes cupones de 2 euros cuyos fondos irían íntegramente a la causa. O Seur que ha proporcionado transporte de materiales y bienes de forma gratuita para las personas y colectivos que han querido colaborar con este fin. Y han surgido iniciativas como Refugees Welcome que ponían a disposición de los mismos pisos compartidos en Comunidades Autónomas como Madrid, Cataluña o Andalucía.
- Otro caso que nos puede sonar más o tocar más de cerca es el de los desahucios sucedidos en España. Entre 2007 y 2011 se produjeron 500.000 ejecuciones hipotecarias. Según fuentes del INE en el segundo semestre de este año se han registrado 13.605 inscripciones de certificaciones por ejecuciones hipotecarias para fincas y 6.937 para viviendas, gráficamente con un descenso total desde los últimos 3 años, lo cual en parte puede ser positivo, pero por otro lado puede ser consecuencia del alto número de desalojos que se produjeron en 2014 y 2015. A raíz de estos últimos surgieron iniciativas solidarias en apoyo a los afectados, con huelgas y concentraciones dificultando los desalojos o impidiendo que se llevasen a cabo más, y creando así asociaciones como la Plataforma para afectados por la hipoteca o el desarrollo de apoyo legal gratuito por parte de empresas y particulares.
Conclusiones sobre las tendencias de las ONG
El fin de este artículo es enfocar, a través de los proyectos citados y muchísimos otros que se te puedan pasar por la cabeza, la falta de información real que tenemos si queremos colaborar por proyectos y no por asociaciones, el alcance real de las acciones de estas organizaciones, la necesidad de cambiar los modelos económicos de las mismas hacia el mundo online, las tendencias a las que se enfrentan ambas partes (empresas privadas y ONG) y la importancia de la cooperación, la confianza y la colaboración entre ellas y dentro de las mismas.
Debemos ser conscientes de la importancia del reconocimiento de las necesidades como derechos humanos, pues es el camino para seguir con la libertad de hacer que todo el mundo tenga libertad, la libertad de desarrollar toda la libertad de cada vida.
Creo que los movimientos de Crowdfunding y CrowdHelping están apuntando fuerte y son el camino hacia el desarrollo.
Me parece interesante poner un ejemplo de colaboración como la Asociación SurfSolidario que ha escrito el libro El Elefante y el ratón cuyos beneficios irán a parar a la Asociación Galbán en apoyo a los niños enfermos de cáncer y a sus familias. Y a su vez esta asociación publicita y recauda fondos a través del libro ¿A qué hora llega papá? en busca de repartir los beneficios entre asociaciones.
Puede que no se hayan podido conseguir los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio para el 2015, pero hemos avanzado. Según el Informe de 2015 sobre los ODM, ha descendido el porcentaje de población de zonas en vías de desarrollo que viven con menos de 1,25 dólares al día de casi un 50% a un 14%, los niños en edad escolar primaria que no asistían a la escuela a nivel mundial en el año 2015 son casi la mitad de los que no asistían en el año 2000, por ejemplo en Asia meridional por cada 100 niños matriculados en la escuela primaria hay actualmente 103 niñas. Esto son unos pocos ejemplos de lo que poco a poco vamos consiguiendo y un reflejo de lo que podemos llegar a conseguir.