La Asamblea General de Naciones Unidas se encarga, entre muchas otras cosas, de promover una cultura y desarrollo sostenibles, tanto fomentando modelos económicos respetuosos con el entorno como a través de la concienciación de la ciudadanía. Un ejemplo de esta concienciación la encontramos en los "días mundiales", fechas destinadas a hacer un llamamiento sobre la importancia de un elemento clave que forma parte de nuestras sociedades contemporáneas y así como causas o luchas que requieren de nuestra atención.
Una de estas luchas es la relativa a la conservación del planeta y de los recursos naturales.
Continuando con la tradición del Día Mundial del Medio Ambiente, la Asamblea General de Naciones Unidas instauró en 2008 el Día Mundial de los Océanos, que se celebra el 8 de junio desde 2009 hasta nuestros días. Esta iniciativa fue promovida por Canadá, y aprobada el 5 de diciembre de 2008 a través de la Resolución 63/111.
El objetivo principal de esta celebración es el del reconocimiento de los océanos como uno de los elementos más importantes para la salud medioambiental del planeta y de todas las especies animales que viven en él, incluso el ser humano. Los océanos cubren aproximadamente dos tercios de la superficie del planeta. Además, son el verdadero pilar fundamental para la vida en la Tierra, ya que son los que aportan la principal cantidad de oxígeno a la atmósfera, se encarga de absorber grandes cantidades de emisiones de carbono, constituyen un elemento fundamental a la hora de producir comida y nutrientes, se encargan de regular el clima y, además, son un pilar fundamental en la economía, el comercio y el turismo de muchos países.
Por desgracia, las acciones humanas están destruyendo estos entornos de especial importancia para la supervivencia de la vida en el planeta. Debido a la actividad humana, los océanos actuales se enfrentan a la sobrepesca y a la pesca ilegal -ya sea desconocida o no regulada-, a las prácticas de acuicultura irresponsables y no sostenibles, a la polución marina -desde la presencia de hidrocarburos y otros elementos químicos, a la presencia de cantidades ingentes de plásticos que tardan siglos en degradarse- la destrucción de los hábitat marinos, la introducción de especies invasoras, a los problemas derivados del cambio climático y a la acidificación de sus aguas.
Debido a todo esto, es fundamental concienciar a la población, y a empresas e instituciones, para que tomen medidas que eviten que la degradación de los mares continúe y para recuperar aquellos espacios que ya han sido destruidos. Debido a todo esto, hoy más que nunca, se hace necesario un Día Mundial de los Océanos que nos recuerde nuestra responsabilidad a la hora de la preservación de estos entornos naturales que son el pilar fundamental de la vida en todo el planeta.