Si te gusta quedarte en casa todo el fin de semana, viendo series, leyendo o durmiendo, no eres una persona aburrida. Eres una persona que sigue la última tendencia en estilo de vida. Además, se ha demostrado que no salir de casa durante un par de días reduce la ansiedad y aumenta la concentración, lo que hace que te sientas mejor.

Vivimos en una sociedad donde cada vez estamos más ocupados y no podemos dejar nuestra mente en blanco a causa de nuestras preocupaciones: políticas, económicas o ecológicas. Por eso, nuestra casa se está convirtiendo en el lugar donde somos capaces de relajarnos; pero, a lo largo de la semana, a causa de los horarios actuales, no podemos disfrutar de ella.

Por esta razón, el fin de semana se está convirtiendo en el único momento para relajarnos, para muchos.

Ya, en el pasado año 2015, se empleaba el término housewarming ("calentarse en casa") para hablar del momento en que los consumidores podían redescubrir el placer de vivir el momento, de disfrutar de su propio espacio o de los seres que viven con él.

Fue el sector de la decoración el primero en entender que cada vez era más necesario tener un espacio propio, en el mundo occidental, y reivindicando el papel de la casa como lugar reconfortable y acogedor. El objetivo de la decoración era crear un espacio tranquilo, al que la persona quiera volver al acabar el día. Así, en los últimos años, se está viendo la actitud FOMO (miedo a no estar presente en cualquier evento social), se está viendo sustituido por el JOMO (la felicidad de perderse) y el FOGO (miedo a salir) lo que está favoreciendo una vida más saludable.

Nuestras células y órganos tienen la necesidad de descansar para poder recuperarse. Si nuestra forma de vida se basa en divertirse y "no parar" acabará convirtiéndose en un hábito insano, tanto física como mentalmente. Además, cada persona posee su propio punto de equilibrio. A causa de la sociedad actual basada en valores cada vez más alienantes y materialistas, con el consumismo como base y con prisa todo el tiempo, está provocando que seamos mucho más ansiosos y más infelices.

El nesting ha logrado que seamos capaces de reservar momentos para nosotros mismos y dediquemos tiempo a nuestro hogar.

Por poner un ejemplo, la cocina ya es una actividad terapeútica en Reino Unido o Estados Unidos para poder luchar contra la depresión y desciende la posibilidad de sufrir demencia. La jardinería reduce los niveles de cortisol (es la hormona que provoca el estrés) como sucede con la lectura.