Daniel Rodrigo, psicólogo Clínico de AEPSAL (Asociación de Especialistas en Prevención y Salud Laboral De Ámbito Estatal) advierte de la importancia de la prenvención por parte de las empresas para evitar el acoso laboral porque, según afirma, esta lacra social "puede surgir en cualquier organización, pues siempre hay personas dispuestas a ejercerlo". Rodrigo se pregunta qué medidas "toma determinada empresa para detectar su inicio y evitar que se desarrolle y qué hace -la empresa- para prevenirlo"..
En sentido, aclara que si en una compañía funciona "correctamente" el departamento de Prevención de Riesgos Laborales, se pueden aplicar correctivos para paliar el problema "pues esa es su competencia".
Sin embargo, Rodrigo recalca que también "es cierto" que existen organizaciones disfuncionales, “enfermas” que por diferentes causas "pueden generar un clima laboral tóxico que sea tierra abonada para el acoso muy competitivo, o bien confuso en cuanto al reparto de roles y tareas".
El psicólogo explica que esta práctica puede afectar al funcionamiento de las empresas "cualquier organización que permita que se dañe intencionadamente a uno de sus miembros tiene un componente destructivo que de alguna manera le acabará pasando factura". A juicio de Rodrigo, la coyuntura descrita es una cadena de" envenenamiento de las relaciones humanas" que repercute en todos los ámbitos, como por ejemplo, "en su prestigio, en la consecución de objetivos de calidad, en la satisfacción de sus empleados".
Rodrigo destaca la importancia del departamento de Prevención de Riesgos Laborales en el seno de las empresas. En esta línea, apunta que es imprescindible que "sea tenido en serio" porque para muchas compañías es un puro “formulismo burocrático inútil” que hay que cumplir "por si lo piden". El psicólogo alude a algunos ejemplos que conoce por propia experiencia "he encontrado con frecuencia que no sólo no previenen para evitarlo sino que, cuando se descubre, en vez de remediarlo, intentan ocultarlo y negarlo, si son interpeladas, llegando a deshacerse de la víctima de las peores maneras; es muy desolador".
Estado psicológico
El experto señala que cuando atiende en su consulta a las víctimas del acoso laboral "casi siempre llegan clínicamente afectadas por trastornos depresivos y ansiosos con un importante componente de estrés postraumático". Precisa que su estado se debe a que "vienen de una auténtica guerra". Aclara, en este sentido, que han aguantado "demasiado tiempo la agresión, especialmente, por no perder el empleo".
"Las secuelas son en muchos casos profundas" en las personas afectadas que presentan "desmotivación, desconfianza, baja autoestima, agresividad interiorizada hacia sí mismo" por todo lo que "han tenido que aguantar". Ese patrón psicólogico también se reproduce hacia los agresores porque "no es fácil de olvidar el daño que han recibido". El especialista, además, apunta que las secuelas "repercuten sobre sus familiares y allegados" y aunque, sin duda, se puede superar "todo esto lleva su tiempo", puntualiza.
Daniel Rodrigo señala que el tratamiento que sigue con sus pacientes y que recomienda en estos casos es la "psicoterapia de grupo apoyada con psicofármacos temporalmente". Tras la recuperación el paciente queda provisto de musculatura psicológica para no volver a sufrir una experiencia así; siempre que el tratamiento se siga hasta el final porque, de esta forma, "la persona desarrolla su capacidad de resiliencia, crece y madura y, si hay una próxima vez, sabrá cómo afrontar la situación adecuadamente, sin salir dañado".