Camila Cabello es la promesa del pop y todos los ojos están puestos sobre ella. Es difícil determinar si es su voz, su talento o su insuperable carisma lo que hace parecer que esta celebridad no conoce cansancio, preocupaciones o angustias.

Quien antes fuera miembro de Fifth Harmony, ofreció un concierto en Madrid, España que empezó con una enorme pantalla dando la cuenta atrás hasta que la artista está subida en el escenario. Recurso usado por otros artistas como Ariana Grande, que te pone los pelos de punta y te hace querer gritar de la emoción.

“Never Be The Same” fue la canción con que inició el concierto y que además da nombre al álbum debut de la cantante.

Luego, la emoción se hizo más movida cuando se paseó por canciones como She Loves Control, Inside Out, Sangria Wine, canción en la que colaboró junto al rapero Pharrell Williams. ¡Y cómo no! Su más famosa canción Havana, con sonidos que rememoran al Caribe de la mitad-cubana, mitad-norteamericana Camila. La noche española se puso romántica cuando hizo un cover de Can’t help falling in love with you, de Elvis Presley. Pese a ser tan joven (21 años), Camila sabe cómo ondular con las emociones de su audiencia.

Cabello siempre ha manifestado públicamente estar orgullosa de sus orígenes, pero expresó que “no es un secreto que España es uno de mis lugares favoritos.

Estoy pensando en mudarme aquí algún día"

Una sorpresa en el escenario

Así es su fascinación por España, que en un punto del concierto un invitado especial hizo aparición: nada más y nada menos que David Bisbal. Ambos entonaron juntos Bulería y cerraron con broche de oro un concierto que ha dejado su huella. Sobre la invitación a Bisbal, Camila expresó que "Es el último día de la gira en Europa y quería hacer algo especial" Durante todo el concierto, un elemento constante fue su participación en temas sociales, intercalando mensajes entre sus canciones a favor de la inmigración, la comunidad LGBT, la defensa de los derechos humanos y el feminismo.

Un carisma sin precedentes

Apenas al poner pie en España, ya se acumulaban cientos de fanáticos en el Aeropuerto de Barcelona quienes deseaban ver a Camila en persona, grabarla con sus teléfonos, estar cerca de ella.

A diferencia de otras celebridades, Camila les dedicó tiempo a sus seguidores, como si no hubiese viajado por toda Europa sin descanso, como si no hubiese ensayado hasta el cansancio ni necesitase un momento para distraerse.

Por el contrario, aprovechó la ocasión para tomarse fotos con sus seguidores, conversar con ellos, abrazarlos e incluso darle entradas a quienes no pudieron comprarlas porque se habían agotado.

Todo un acto de simpatía que deja boquiabiertos hasta a los más comprensivos, que esperarían de una celebridad nada menos que verlo pasar. No es de sorprender entonces el imparable ascenso de Camila Cabello. Su energía furiosa en los escenarios, su carisma y su talento le han valido los 900 millones de reproducciones en Spotify, y el corazón de los españoles que conquistó en el Sant Jordi Club.