2018 va a ser un año que Jorge Javier Vázquez siempre recordará. Este año, además de ser aquel en el que está tratando de consolidarse como presentador de realities o como actor teatral, es, sobre todo, el que le ha devuelto a la soltería cuando ya creía que todo estaba firmado y predicho para él en tareas sentimentales.
Tras más de diez años de relación seria, formal y con visos de boda, casi del día a la mañana, este se quedaba solo, en la estacada, compuesto y sin pareja, refugiándose en el mucho trabajo que tiene tanto en el teatro como en Mediaset España.
Nueva vida para Jorge Javier
Tanto vaivén no ha tardado en tener consecuencias y, tal y como hemos conocido recientemente, el conductor más prolífico de Telecinco, ha decidido tomar una decisión que cambiará, como el resto de las que les hemos venido detallando, su vida de ahora en adelante.
Y es que, tal y como hiciera hace apenas unas semanas su compañero en Sálvame y amigo personal, Kiko Hernández, este, tras meditarlo mucho, tomaba la decisión de borrar todos sus recuerdos de la última década y poner a la venta su chalé para iniciar una nueva vida en cualquier otro lugar.
Porque tal y como se ha venido publicando, lo cierto es que Jorge Javier Vázquez no deja su actual palacete para irse a uno más grande, o uno más pequeño y céntrico como hará Kiko Hernández, sino por la necesidad de poner el punto y final a una etapa de su vida.
Algo que implica que, de momento, no sabe dónde irá. Si optará por cambiar de zona mudándose a otra zona exclusiva de las afueras de la capital de España en busca de la tranquilidad o si retornará a donde ya estuviera viviendo durante mucho tiempo. Es decir, al centro de Madrid, lo que le ayudaría a seguir con la terapia de sociabilidad iniciada tras la ruptura colocándole a tiro de piedra de los locales de moda y de los saraos de la 'gente guapa' de la capital.
Cambio radical en la vida de J. J.
Sea como fuere, lo que sí está confirmado ya es que este dejará para siempre la que durante mucho tiempo vio como la casa de sus sueños. Ahora mismo todo le recuerda a la persona equivocada y, aunque tenga unos cuantos galgos correteando alrededor, parece evidente que se le ha quedado demasiado grande.
A la espera de que alguien nuevo ocupe su corazón, y quién sabe si también su salón, cierra las puertas de su chalé y abre las de otro en el que espera encontrar por fin la estabilidad emocional que tanto ha ansiado desde siempre.