Quienes más quienes menos tenemos nuestros altibajos. Muy especialmente en fechas como las que estamos acabando de pasar y en las que, inevitablemente, la nostalgia nos invade en mayor o menor grado en función de lo que uno eche en falta aquello que recuerda de su infancia en estas mismas fechas.
No obstante, lo que a una de las colaboradoras más importantes de Sálvame, como es Mila Ximénez, le ocurre va mucho más allá de lo estacional. Y es que el sentimiento de tristeza profundo que esta siente poco o nada tiene que ver con los que ya no están, con la Navidad ni incluso con asuntos de índole familiar o económico.
Sobre esto escribía en su última columna en la revista Lecturas confesando que estuvo a punto de encontrar mil y una excusas para evitar tener que cumplir con su palabra y redactar su última reflexión del año antes de adentrarse en 2018 dejando atrás un 2017 en el que las cosas, en palabras suyas, difícilmente podrían haberle ido mejor.
Feliz con su nueva imagen tras someterse a una intervención para reparar el paso del tiempo en su rostro, feliz porque la salud le respeta tanto a ella como a todos sus seres queridos y feliz a nivel profesional, donde cada vez es más importante en Telecinco y tras comprobar que sus primeros pasos como empresaria están resultado todo un éxito a nivel económico.
Con estos ingredientes parece imposible que una persona viva "atrapada por la tristeza". Sin embargo, así confiesa estar atravesando sus últimos días la que fuera mujer de Manolo Santana indicando que al estar cumpliendo tantos sueños "no puedo evitar pensar que cuando estos se cumplen se van a un limbo que nos deja desamparados".
Mila deja entrever ciertos síntomas depresivos en su última columna
Después de confesar que presentar las campanadas en la que considera su casa es "un sueño" hecho realidad, agregaba que no podía evitar que "la tristeza no me suelte". Algo que, por otro lado, sabe ocurre a mucho más gente que teniéndolo todo no logra de acabar ser feliz por un motivo u otro, aunque estos resulten imposibles de traducir en palabras.
Es por eso que su felicitación de año nuevo Mila la quiso dedicar a todos los que, como ella, son capaces de disfrutar de la vida tanto cuando se encuentren como es su caso "en las manos de la tristeza" como cuando vuelen "con las alas de la ilusión". Sin duda, una confesión que ha dejado atónitos a sus seguidores y que promete dar mucho que hablar próximamente.