Después de haber dejado el listón muy alto la semana pasada con la memorable presencia de una profesora transexual que sustituía temporalmente a Elisenda, que jamás caía en lo vulgar ni en lo sentimentaloide, ‘Merlí’, eligiendo esta vez a Sigmund Freud como eje del capítulo, muestra nuevas novedades que alteran las vidas de los alumnos del instituto.

Empieza el capítulo con un Merlí hastiado de ser lo que siempre ha sido, el profe enrollado y amigo de sus alumnos, lo que extraña mucho a Eugeni. Es que Merlí tiene una reunión con padres de alumnos.

Por sugerencia de Gina, les presentará un Power Point pleno de tópicos y en donde habrá la imprescindible alusión a Finlandia, país con la mejor Educación de Europa.

Mónica va con las compañeras de clase a una bolera y luego a ver una película. Aunque es “sólo de tías”, Oksana se trae a Gerard. Joan, que no soporta estar sin Mónica, la bombardea a mensajes de Whatsapp. La chica empieza a estar harta de la actitud del chico.

También tenemos una novedad en el principio de Alzheimer del Profesor Millán: cuando habla a sus alumnos de Pío Baroja, no se da cuenta de que ha hecho la misma pregunta dos veces. Berta se asusta y se lo cuenta a Gloria. Ésta se lo dice a Millán, que indignado, aunque con miedo en la voz, abronca a Berta, intentando negar su estado de salud.

Luego, Pol no ha roto con Miriam, la madre de Iván. Al contrario, sigue trabajando en su bar, y cuando da clases de inglés al chico, Miriam no esperaba encontrárselo allí, aunque evita que Iván se entere de lo suyo.

Pues Gerard provoca a Joan en el patio, lo que enfurece al segundo y se pelean. Después de separarlos Merlí y hablar con sus padres, al día siguente, Mónica decide decirle a Joan que le deja, que está harta.

Él, en vez de intentar arreglarlo, lo empeora, lo que da la razón a la chica. Luego, Gerard se la encuentra, pero en vez de intentar recuperarla, recuerda que está con Oksana y no la dejará.

Pero Oksana también dará una sorpresa: en el parque, Gina y Gerard la ven con un niño pequeño, y ella decide decir la verdad: “No es mi hermano pequeño; es mi hijo”.

Otro secreto que sale a la luz.

Faltaba Óliver, que se duerme en clase y sigue discutiendo con sus padres. Una noche, cita a Merlí en un parque para confesarle que odiaba a su fallecido hermano Edgar, hecho que le atormenta desde que empezó el curso, que el día de su muerte no le contestó al teléfono y acaba llorando amargamente en brazos del profesor.

Una serie que sigue fascinando a sus seguidores, pese a ataques políticos contra ella por uno de sus personajes secundarios, como la catalanista profesora Elisenda, pese a que la Calduch suelta al final un monólogo criticando a todos los partidos, tanto soberanistas como españolistas, y algunos que la califican de machista.

En esto último, el Director de TV3 acudió al Parlament y contestó a una pregunta de una diputada de Catalunya Sí Que Es Pot (Podemos), diciendo que se ataca el machismo en personajes como el de Joan y algún otro.

Es cierto, en esta temporada, se ha dado más protagonismo a las mujeres y ha habido dos mujeres filósofas.

En la Red, los seguidores de la serie se alegran de la ruptura entre Joan y Mónica. “Joan, antes molabas”, dijo uno hace tiempo, lamentando que el antaño adorable chico, ahora es “empalagoso y cargante”.