Las declaraciones de los ex empleados no pueden ser transcritas al completo debido a una posible identificación de las fuentes y el posible riesgo de consecuencias profesionales negativas para los testigos. La fuente a la que hemos tenido acceso nos cuenta un caso estremecedor de despotismo, menosprecio, e incluso al borde de la línea de la ilegalidad en cuanto al acoso laboral se refiere. Ferreras, según los testigos, encomienda trabajo a los redactores mediante gritos e insultos tales que un día hicieron saltar la contestación humilde de un empleado que solicitaba la orden sin agresiones verbales.

Esto fue respondido con un chiste por parte de Ferreras enviando al empleado al departamento de recursos humanos a finalizar su estancia en la empresa. Los ex empleados también declaran que Ferreras siempre acude a trabajar en bermudas y que frente a la cámara solo añade a su vestuario la chaqueta, quedando de cintura hacia abajo con un atuendo playero; ``hay días que da la impresión de que viene en calzoncillos´´.

Antonio García Ferreras es el personaje mediático que dirige La Sexta, aprovechando ocasiones como el atentado de Paris para disfrazarse y manipular información. Experto en esta materia de falsa información en atentados desde el 11 de marzo, cuando contradiciendo al portavoz de Gobierno Eduardo Zaplana, afirmaba en directo como director informativo de la SER, el hallazgo de cuerpos de terroristas suicidas entre las víctimas del 11-M.

Santiago González miembro la plataforma Libres e Iguales y columnista de "El Mundo" también desmiente públicamente las falacias de Ferreras en sus programas. Santiago acusa a Ferreras de ser un manipulador de ``tomo y lomo´´ al describir a Fernando Navarro como desalmado director de hospital que dejo morir a Alpha Pam, un inmigrante sin papeles.

Teniendo como objetivo atacar a Ciudadanos, al hacerse diputado de este partido el director de dicho hospital. Siendo calificado éste por un fiscal del estado español de la siguiente manera: ``en 22 años jamás había asistido a una maliciosa utilización tan evidente de la acción penal para satisfacer pretensiones políticas, hasta el punto de oponerse a que la familia del fallecido se presente en la causa´´.