Científicos han encontrado el proceso que causa el bloqueo de la función del cerebro de poder detectar la saciedad del hambre. Este es el detonante que causa junto con la obesidad algo llamado resistencia a la leptina, según se explica en la revista "Sciences Translational Medicine".

Neuronas que advierten de la saciedad se bloquean

El experimento con ratones alimentados con grasas mostró la producción una enzima llamada MMP-2. Esta enzima disminuye los receptores de leptina en las células neuronales del hipotálamo. Al bloquear la unión de la leptina con sus receptores, se produce un bloqueo en las neuronas y estas no advierten que ya se ha comido suficiente y que no se debe comer más.

En una persona sana, este proceso evita que coma demasiado, aunque el alimento sea muy apetecible. La sensación de estar lleno también protege de una mala digestión y hasta incluso de tener que inducir al vómito. Sin embargo, el estudio relaciona el bloqueo de la unión de la leptina con los receptores de esta hormona en personas con obesidad.

La leptina se libera a través de la sangre

Los científicos de la Universidad de California (EE.UU.) demostraron que, aunque la MMP-2 está bloqueada, la leptina todavía se acopla con los receptores y se produciría la señal de que ya el estómago está lleno lo suficiente. Las moléculas de leptina pueden ir a través de la sangre hasta el cerebro y actuar sobre el hipotálamo, estimular los receptores neuronales y de esta forma avisarles a todas las funciones implicadas que ya se debe dejar de comer.

Los que padecen de obesidad tienen leptina en la sangre en una cantidad considerable, sin embargo, no se sienten satisfechos. Esta condición de resistencia a la leptina está asociada con la obesidad, pero las causas de este descontrol no se conocen con exactitud. Las personas obesas algunas veces comen más de lo que su cuerpo necesita, y según estos estudios no es sencillamente glotonería o el efecto de la depresión, más bien es algo hormonal, en este caso relacionado con la leptina.

"Es necesario saber qué otras cosas, además de la leptina y sus receptores, se destruyen de manera similar y cuáles son las consecuencias", explicó el autor del estudio, Rafi Mazor, quien es del Departamento de Bioingeniería de la Universidad de California, en San Diego. Mazor y otros investigadores quieren comprobar si los inhibidores de la MMP-2 serían de ayuda para quienes sufren de obesidad.