La enfermedad de los legionarios se trata de una afección infectoconagiosa causada por bacterias del género Legionella, las cuales son microorganismos Gram negativos aerobios. Esta patología es también conocida como enfermedad del legionela o legionelosis​ y desde el año 1996 se encuentra en la lista de las Enfermedades de declaración obligatoria en España.

La patología tiene dos formas clínicas diferentes de presentación. La primera se trata de ​una enfermedad leve conocida como fiebre de Pontiac. La segunda es la enfermedad del legionario, la cual se caracteriza por la presentación de un cuadro neumónico atípico con fiebre elevada.

Esta última se representa la forma más severa de las infecciones ocasionadas por las bacterias de este género, siendo L. pneumophilia la especie implicada en el 90% de los casos de legionelosis.

Los brotes de legionelosis suelen atraer la atención de los medios de comunicación y alarmar a la comunidad e incluso al personal de salud, debido a que frecuentemente se relacionan con instalaciones o espacios específicos. Sin embargo, esta patología puede aparecer de manera ordinaria como un caso aislado, sin estar asociado a algún brote reconocido por las autoridades sanitarias.

Epidemiología y transmisión

Esta bacteria puede afectar a personas de cualquier edad, no obstante, existen algunos factores de riesgo para desarrollar la infección.

Se considera que los hombres mayores de 45 años con hábito tabáquico y las personas inmunocomprometidas por diferentes causas (SIDA, cáncer, medicamentos inmunosupresores, entre otras), tienen un mayor riesgo de contraer la infección y padecer la enfermedad.

Los brotes epidémicos de la enfermedad del legionario ocurren cuando las personas inhalan gotitas de agua (aerosoles) contaminadas con Legionella.

La exposición puede ocurrir en diversos espacios privados o públicos como hospitales, hoteles, en el hogar u oficinas y o hay pruebas de que exista transmisión de persona a persona. El periodo de sequía favorece a la ocurrencia de las epidemias, y en zonas con estaciones pueden observarse las epidemias durante el verano o en los primeros días del otoño; sin embargo, la presentación de casos clínicos por L.

pneumophila puede darse durante cualquier época del año.

Brotes en España

Esta enfermedad fue diagnosticada por primera vez en los Estados Unidos de Norteamérica en el año 1976, tras un brote en la ciudad de Filadelfia en el marco de la convención anual de la Legión Americana. Durante este brote al menos 220 de los legionarios participantes en el evento contrajeron una extraña infección que les ocasionó un cuadro neumónico atípico que provocó la muerte de 34 legionarios, por lo cual se bautizó con el nombre tanto la enfermedad como el agente causal implicado.

En España, se han presentado varios brotes de esta patología, el más importante, ocurrió en Murcia durante el mes de julio del año 2001.

En esa ocasión se presentaron al menos 600 casos con 6 fallecimientos. La fuente de infección fue detectada en las torres de ventilación de las consejerías de Sanidad y Agricultura.

Luego, entre octubre y noviembre del año 2014 en Madrid, se presentaron al menos 40 casos con cinco decesos por esta causa, destacándose que durante este brote. La enfermedad se presentó con signos clínicos de gravedad, requiriendo hospitalización de los enfermos y cuidados médicos especiales. Más recientemente se estudió el origen de un brote acaecido en Andalucía, con un saldo de 4 pacientes críticamente enfermos por esta bacteria.

Prevención y control

La prevención de la enfermedad se fundamenta en garantizar un adecuado diseño y mantenimiento de las torres de refrigeración y los sistemas de conducción hídrica, procurando reducir el crecimiento y dispersión de las bacterias causantes de la legionelosis. Durante los brotes es crucial lograr la rápida identificación de la fuente de infección enfermedad, a fin de realizar el tratamiento correspondiente para su eliminación.