La hemorragia nasal, conocida médicamente como epistaxis, es un síntoma frecuente dentro de las patologías nasales. Por lo general es de curso benigno y autolimitado, pero en ocasiones puede llegar a comprometer la vida del paciente por lo que puede requerir atención especializada.

Las fosas nasales y la epistaxis

Las fosas nasales reciben doble flujo sanguíneo, uno que va hacia la zona alta del tabique nasal y la pared lateral de la fosa nasal respectiva y el otro hacia el tercio anterior del tabique y la pared lateral de la nariz.

En la zona anterior del tabique el flujo sanguíneo es mayor, en lo que se denomina la mancha vascular de Kiesselbach, por lo cual es la zona donde se produce la con mayor frecuencia el sangrado nasal, a la que se llama epistaxis anterior.

Esta epistaxis anterior es la que se observa con mayor frecuencia, siendo más común verla en niños y jóvenes, y en la mayoría de los casos con un sangrado leve o moderado . Cuando la sangre viene de la parte posterior de las fosas nasales, se habla de epistaxis posterior, que es menos frecuente pero, el sangrado tiende a ser de mayor cantidad, por lo que suele ser más grave.

Causas de sangrado nasal

La epistaxis puede ser debida a causas locales muchas veces no detectadas, a lo que se lama idiopática, o debida a microtraumatismos de la mucosa nasal, como consecuencia por ejemplo del rascado.

O puede ser debida a procesos sistémicos, como por ejemplo Enfermedades infecciosas (dengue, gripe, escarlatina), por la ingestión de medicamentos con efecto anticoagulante o antiagregante plaquetario, entre ellos la aspirina y los antiinflamatorios, el uso indiscriminado de descongestionantes nasales, enfermedades hematológicas como la leucemia, enfermedades endocrinas sobre todo cuando aparecen en la pubertad, en el embarazo, entre otras.

¿Qué hacer ante la epistaxis?

Si el sangrado es leve y transitorio no hay por qué preocuparse, solo vigilar si vuelve a aparecer.

Sin embargo, si es intenso o recurrente, puede causar síntomas como mareos, palidez y desvanecimiento por el sangrado excesivo que pueden ser signos de shock del paciente, y puede llegar a ser grave.

Ante una epistaxis profusa, lo primero que se recomienda es dejar de estimularse la nariz y tratar de comprimirla , usando incluso hielo local, y por supuesto hay que consultar de inmediato a un profesional para detener al sangrado y buscar la causa.