Una buena acción administrativa no significa necesariamente que sus efectos sean alcanzados sin mayores consecuencias. El Gobierno ha lanzado otro combate contra el uso del tabaco. En base a datos que indican los perjuicios para la sociedad y para las economías públicas que pagan los costos de los problemas de salud, la iniciativa, esta vez, es violenta, restrictiva y bastante amplia: Fumar sólo está permitido, a partir de ahora, dentro de su propia casa, o en lugares abiertos. Nada más de áreas exclusivas para fumadores. No tenemos nada que reclamar ni de la ley, ni de las penas previstas, pero no podemos dejar de mirar al lado del fumador.

Si el humo vicia, y el fumador es un Adicto, ¿cómo esperar que una ley entrando en vigor consiga curar un problema de salud?

Lo que nos dice la ley

Al lado de la publicación de la ley que prohíbe el uso del cigarrillo en fiestas, discotecas, restaurantes, bares, etc., se pregunta si el Gobierno está preparando su Sistema de Salud para recibir a los futuros pacientes que van a buscar ayuda para deshacerse del vicio. También preguntamos si las empresas y las personas en general están preparadas para tratar con el estrés de los ahora impedidos de fumar por falta de su vicio.

De repente, las calles estarán llenas de gente que, nerviosas, ir a la acera para encender un cigarrillo, aspirar a la nicotina y obtener la dosis necesaria de droga para calmar las neuronas sedientas.

Los que no logren ese pase libre durante el horario de trabajo, tendrán que esperar los momentos específicos de la hora del almuerzo, o el fin del expediente para satisfacer su necesidad.

Efectos de dejar el vicio

Sólo que los efectos de la ausencia de cigarrillo a quienes fuman no son controlables con un vaso de agua, un cafecito, y un "espera un poco más".

Las consecuencias de la abstinencia son serias, incontrolables y no dependen de las leyes. Quien sabe, con la nueva ley, el adicto debe ser visto como un "portador de necesidades especiales" y que podrá ser liberado de vez en cuando para fumar en un lugar apropiado, pues la mayoría de los locales son inapropiados y el fumar está prohibido y es sancionado con una multa.

Sin embargo, las sanciones de infracción no se dirigen al usuario, sino al administrador del lugar donde se comete la infracción

Quien quiera dejar de fumar tendrá un gran argumento a su favor, pero necesitará ayuda de los servicios de salud. El Gobierno podría ayudar a cerrar las fábricas de cigarrillos.