En el mundo en que vivimos en ocasiones, parece que para lo único que no tenemos tiempo es para nosotras mismas, o tienes tiempo para el colegio, la universidad, para ir a la práctica de tu deporte favorito, o tienes que llegar a estudiar el proyecto que tanto te preocupa. El caso es que para cuando terminas ya solo tienes ganas de irte a dormir y olvidarte del mundo por completo. Y solo tienes los fines de semana (y no siempre) o las vacaciones para tomar un verdadero descanso.

Pero esto no es suficiente. Si nos esperamos a que sea sábado para relajarnos, lo que sucede es que para el jueves somos una bomba de tiempo a punto de estallar al menor pretexto.

Entonces es cuando comienzan, por ejemplo, problemas de mal humor crónico, de gastritis y demás maravillas que más nos vale evitar.

Es por esto que tras varios ataques de nervios y de una que otra ulcera en el estómago por exceso de estrés, nos hemos dado cuenta de la importancia de dejar algún tiempo al día para dedicarlo a nosotros. Claro que luego sale la frase más trillada de todo el siglo: “No tengo tiempo para eso.”.

Por eso surge la idea de tomarse por mínimo cinco minutos. En realidad no te quitan nada de tiempo y te pueden ayudar mucho. De hecho, si te fijas, la verdad es que tenemos más de cinco minutos libres al día y los estamos desperdiciando completamente. Solo es cuestión de organizarnos y bueno, para comenzar, cinco minutos diarios ayudan bastante.

Así que es hora de aprovecharlos al máximo.

¿Cómo podemos aprovechar ese tiempo?

En primer lugar, puedes sacar esa lista de todo aquello que no haces por falta de tiempo y luego diseñar una estrategia para poder llevar a cabo esos proyectos. Muchas veces es cuestión de poner en orden tu agenda y tener un poco de fuerza de voluntad.

En segundo lugar, puedes dedicarte a ti misma:

  • Hacer ejercicio. Mente sana en cuerpo sano.
  • Tiempo de relajación y olvidarte un rato de lo que te agobia.
  • Meditación.
  • Poner en orden tus ideas.
  • Realizar una sesión de belleza.
  • Escuchar la música que te apasiona.
  • Leer el libro que más te guste.
  • Salir a comer algo rico.

En fin, la idea es dedicarse esos “5 minutos”, que te ayuden a relajarte.

Trata de hacer una pausa entre tanta rutina y toma un respiro haciendo algo diferente. De hecho, cada día puedes hacer algo distinto pero para ti misma. Lo que vale es dedicarte algo de tiempo para ti.

¿Pero por qué hacerlo?

Todo por el siempre y sencillo hecho de lo que te causa llevar una rutina diaria: estrés y presión. Hay veces que sentimos que algo nos molesta o nos preocupa y ya no tenemos ni idea de que podemos hacer. Así vamos acumulando tensión hasta enfermarnos. Luego resulta que terminas haciendo cosas que no te agradan, o simplemente te sientes mal contigo misma por no dedicarte nada de tiempo. Entonces sácale provecho a esos 5 minutos y mucho mejor si los conviertes en 10, 15, 20 minutos.