¿Sabes qué enfermedades físicas y trastornos psíquicos delatan tus uñas? Las patologías relacionadas con las uñas tienen mucho que ver con las deficiencias en la queratina, proteína responsable del buen estado del cabello y de las uñas. Prestamos especial atención a la apariencia del cabello o de la piel del rostro. Sin embargo, las manchas blancas, las crestas verticales, las llamadas líneas de Beau o las uñas quebradizas son solo algunos ejemplos de alteraciones en las uñas que debemos atender por sus implicaciones. Si deseas saber más esto te interesa.

De acuerdo con la web médica Medical News Today, las principales patologías ungulares se resumen en:

  • Manchas blancas.
  • Crestas verticales.
  • Líneas de Beau.
  • Ranuras horizontales.
  • Uñas gruesas y amarillentas.
  • Uñas quebradizas.

Manchas blancas y líneas de Beau

Las manchas blaquecinas que se manifiestan cerca de la cutícula se deben a un excesivo contacto con la humedad o a las agresiones por abuso, por ejemplo, del quitaesmaltes. Si, por el contrario, están alejadas de la cutícula su causa puede oscilar entre el traumatismo o inflamación que merma la normal producción de queratina o enfermedades como la leuconiquia.

Las líneas de Beau, por su parte, son las típicas depresiones que surgen cuando te has pillado un dedo con un cajón.

Sin embargo, también pueden ser sintomáticas de enfermedades como la diabetes, insuficiencia renal, trastorno de la tiroides, paperas o sífilis, así como tras un tratamiento con quimioterapia.

Crestas verticales y ranuras horizontales

Además del envejecimiento, patologías de tipo vascular como la traquioniquia o la artrosis reumatoide pueden dar lugar a estos abultamientos ungulares.

De acuerdo con los estudios de los que se tiene constancia, los desencadenantes más recurrentes de las ranuras horizontales son los golpes, los procesos febriles o los períodos de mucho estrés.

Uñas amarillentas o quebradizas

Las uñas amarillentas generalmente también suelen mostrarse engrosadas y responden a trastornos en la circulación linfática, a trastornos respiratorios crónicos o a infecciones por hongos que revierten fácilmente con el correspondiente tratamiento antifúngico.

Las uñas quebradizas pueden obedecer a un déficit de biotina que se resolverá si incorporas una mayor cantidad de huevos o pescado en tu dieta. Al igual que ocurre con las manchas blancas, la excesiva exposición al agua o a químicos agresivos puede dañar la salud de tus uñas.

¿Y qué hay de la parte emocional?

Morderse las uñas es la prueba más evidente de la íntima relación existente entre la apariencia de las uñas y nuestro estado psíquico. Un nerviosismo descontrolado, un perfeccionismo enfermizo, la incapacidad manifiesta para satisfacer las obligaciones diarias o los conflictos emocionales tienen también su reflejo en las uñas.

En este sentido, ¿sabes que morderse el pulgar está asociado al deseo de venganza hacia la madre?

Las uñas quebradizas muestran cierto aislamiento ante la toma de decisiones mientras que las amarillentas tienen más que ver con las relaciones interpersonales tóxicas y la vulnerabilidad ante lo que pensarán los demás. Lo que está claro es que las uñas dicen más sobre ti de lo que crees.