Normalmente posterior al proceso de la fecundación, el huevo o cigoto, es decir, el óvulo fertilizado, se implanta en la pared del útero donde continuará su proceso de crecimiento y desarrollo, en el caso del embarazo ectópico, el huevo se implanta en un lugar distinto, fuera de su sitio normal, lo más frecuente en la trompa de Falopio, aunque también puede implantarse en el ovario, en el cuello del útero, en la cavidad pélvica o en la cavidad abdominal. Un embarazo ectópico no puede desarrollarse normalmente y puede llegar a ser una emergencia para la embarazada

¿Por qué se produce?

En general, uno de cada 50 embarazos puede llegar a ser ectópico, aunque el porqué no está claro, sin embargo todas aquellas situaciones que impidan o retrasen el transporte del óvulo fecundado desde las trompas de Falopio hasta el útero, se consideran factores de riesgo para desarrollarlo, ya que se han observado con mayor frecuencia en estas situaciones.

Entre esos factores de riesgo están el haber tenido un embarazo ectópico previo, la presencia de un inflamación de las trompas de Falopio (salpingitis) o de ligadura de las trompas, la enfermedad inflamatoria pélvica, ser portadora de un dispositivo intrauterino , el uso de anticonceptivos orales, una enfermedad llamada endometriosis, el tabaquismo y estar bajo tratamiento de fertilización asistida.

¿Qué síntomas produce?

Inicialmente, el comportamiento de un embarazo ectópico es igual al de un embarazo normal, ya que la embarazada tiene los mismos cambios fisiológicos, por lo tanto puede no presentar ningún síntoma o tener los mismos síntomas de un embarazo normal.

En la evolución del embarazo ectópico la trompa de Falopio puede romperse y dar lugar a una hemorragia intensa, por lo que hay que estar atentos si se presenta: dolor fuerte en la parte baja del abdomen, o en la espalda, o en el hombro, sangrado vaginal, mareos y/o desvanecimiento, ya que se consideran signos de alarma.

¿Qué hacer ?

Si el médico sospecha de la posibilidad de un embarazo ectópico, puede realizar un examen pélvico completo y un ultrasonido. Un embarazo fuera del útero no puede desarrollarse adecuadamente y constituye una situación de riesgo para la embarazada, que puede, si no se trata adecuadamente, comprometer su vida.

De allí que la mayoría de las veces se resuelve mediante la interrupción del embarazo con una Cirugía, bien sea por laparoscopia o por laparotomía para extraer el huevo fecundado y evitar riesgos.