Pero lo cierto es que, a veces del deseo desaparece. Tomar algunos fármacos puede ser la causa.
Hay enfermos que pueden ver afectada su vida sexual por los efectos secundarios de los fármacos que tomar. Estamos hablando de personas afectadas del corazón, o que tienen depresión, alergia o hipertensión, ya que los medicamentos pueden causar cambios en la función sexual, debido a sus efectos.
El sexo y la salud cardiovascular
El miedo a volver a sufrir un infarto o a la muerte súbita conlleva a muchas personas afectadas del corazón a reducir su actividad sexual.
Si, además, tenemos en cuenta los efectos secundarios de algunos fármacos y que a menudo aparecen cuadros depresivos o de ansiedad, la reducción del deseo y la actividad sexual disminuye en un 75% de los casos. No obstante, es preciso saber que en un 80% de las veces se puede reanudar y normalizar la actividad sexual.
La sexualidad en el paciente oncológico
Cuando una persona le diagnostican cáncer, además de luchar contra la enfermedad, debe hacerlo también contra el desánimo y la de presión. A la vez, la cirugía que se practica en muchos de estos casos puede provocar problemas de autoestima. Por ejemplo, una mujer que ha pasado por una mastectomía (extirpación de una mama), reduce su actividad sexual en un 50%.
Por ello, para lograr la recuperación, se debe estimular la aceptación de los cambios corporales mediante terapias de apoyo y utilizando técnicas de reconstrucción. Fomentar abrazos, caricias, juegos previos también es útil.
Algunos fármacos “sospechosos”
La siguiente lista de medicamentos (en realidad son los principios activos con los cuales se elaboran), puede ser difícil de recordar.
Pero es necesaria para ponerle el nombre al causante de tu falta de deseo. Comprueba si alguno de los fármacos que tomas están en ella y, si es así, consulta con su médico por si pudiera cambiarte el tratamiento:
Para el corazón:
Diuréticos:
- El grupo de las tiacidas, sobre todo cuando se asocian con otros fármacos, provocan perdida de deseo sexual, además de otros problemas (imposibilidad de alcanzar el orgasmo, menor lubricación vaginal).
- Espironolactona: reduce el deseo y genera trastornos menstruales.
- Betabloqueantes: pueden disminuir la libido o el deseo
- Otros: La digoxina, los antiarrítmicos o los bloqueantes alfa adrenérgicos pueden motivar impotencia y descenso del apetito sexual.
Para la depresión:
- Antidepresivos tricíclicos
En las mujeres pueden afectar negativamente en el deseo y la capidad de percibir el orgasmo.
Dentro de los tricíclicos, la clorimipramina provoca impotencia en un 20% y eyaculación anormal en un 42%.
- Antidepresivos inhibidores selectivos de recaptación de serotonina
La paroxetina origina un 2% de trastornos sexuales en la mujer, y la venlafaxina causa trastornos del orgasmo en un 2%.
Para reducir la acidez del estómago: Los antiácidos se han asociado a la perdida de deseo.
Anticonceptivos orales: Aunque no siempre ocurre así, los conocidos píldoras monofásicas pueden disminuir el deseo sexual. La solución quizá sea cambiar a píldoras trifásicas.
Para la hipertensión: Los excretores de potasio reducen los niveles de dopamina, que interviene en la aparición del deseo.
Para las mujeres operadas por cáncer de mama: El tamoxifeno afecta al deseo y la lubricación.